viernes, 27 de febrero de 2015

Recorriendo Estados Unidos, 2011



Inauguro esta sección donde publicaré primero los Diarios de Ruta que escribí en el pasado, y a continuación seguiré con las Aventuras que aún me (nos) quedan por vivir.

Escribí este en 2011, mientras estaba haciendo el viaje de mis sueños. Ahora, lo comparto con vosotros. Es bastante largo pero espero que os gusté.


Viaje a Estados Unidos... comienza la aventura 

Estados Unidos: un país que me fascina desde mi infancia, sobre todo por sus paisajes. Sin embargo, a día de hoy, haya sido por una razón o por otra, aún no he pisado el territorio de los vaqueros, donde, según dicen, los sueños se hacen realidad. 

El mío, o más bien uno de ellos, es poder ir a vivir allí, pero siendo realista, me doy cuenta de que conseguirlo no es nada fácil, y aunque me esfuerce, puede que nunca lo consiga. 

Por lo pronto, lo que si es alcanzable es un viaje de “vacaciones” para descubrir si las imágenes que he visto en pantallas y libros son efectivamente el espejo de la realidad. 

Llevo años ahorrando para poder hacer este viaje, que tendría que ser sino EL viaje de mi vida, por lo menos uno de ellos. Ya hice otros viajes muy chulos, pero este tendría que tener otro sabor, más dulce quizás, eso espero al menos. Llevo varios meses preparando el plan de ruta, y ya no cuento los intercambios de correos y llamadas con la agencia de viajes. De hecho, este plan está definido a grandes rasgos únicamente, además de algunos detalles importantes para mí que he ido planeando poco a poco. Hay días sin nada apuntado en mi agenda… ya veremos donde me lleva el viento (y el coche), sobre todo en la Route más famosa del país. 

Sin embargo, aún no estoy allí pero las Aventuras TA (o momentos rubios, como queráis llamarlo) ya han empezado. El 3 de enero, mientras ya se están reservando todos los billetes por la agencia, y después de una conversación casual con mi hermana, me invade la duda respecto a mi pasaporte. Tengo que viajar a Estados Unidos en marzo, y necesito el pasaporte biométrico. Recuerdo que la última vez que fui al consulado, me hicieron un pasaporte diferente del que tenía anteriormente. Prefiero asegurarme y les llamo para confirmar que tengo el documento adecuado y no es así… resulta que tengo el pasaporte “Delfín” que se hizo entre el antiguo y antes de que naciera el biométrico tres meses más tarde… o sea que tengo que rehacerme el pasaporte biométrico de prisa y corriendo para poder viajar… a ver si llego a tiempo porque no puedo tener cita en el consulado antes de 3 semanas. En este momento, el término “nerviosa” se queda bastante corto para definirme. Una vez en el consulado, les explico mi situación. No hay problema, estos documentos se hacen en 10 días aproximadamente, y el 2 de febrero, consigo por fin mi pasaporte :). 

Hoy es día 9 de marzo: a estas horas, dentro de 2 semanas, estaré (en principio) en el avión rumbo a Nueva York, para luego cambiar de pájaro volador para llegar hasta mi primera parada: "Chicago". Hoy justamente me han entregado los billetes, reserva de hotel, de alquiler de coche, entradas varias,... y ayer, conseguí los dólares. Poco a poco la maleta se va llenando de cosas en las que estoy pensando poco a poco y que no puedo olvidar... la fecha se acerca... 


21/03/11 
Faltan menos de 48 horas para que me suba al avión, y he de decir que este fin de semana, he tenido la gran suerte de recibir una de las mejores sorpresas de mi vida. Después del trabajo y de mi clase de alemán, había quedado con varias TAs en un bar de Paseo de Gracia en Barcelona, y luego teníamos previsto ir a comer al Hard Rock Café. Una vez sentadas en la mesa, me doy cuenta que Pau lleva una chapita, y le digo:
 - "Me gusta tu chapita"
 - Respuesta: "si, pues hay 7 iguales"...


Todas llevaban una chapita con la bandera norte americana (Karo estaba en modo cegata perdida).

Me siento, y me ponen una banda de "miss" que ponía "AMERICAN DREAM"... con esa chapita también.

Nos sentamos, pedimos,... y mientras estaba hablando llegó un libro en el que cad@ un@ de mis Amig@s, además de mi Hermana, había puesto un mensaje. Mientras iba girando las páginas e iba leyendo las frases y deseos, me emocionaba cada vez más. Amig@s y Hermana, no tenéis ni idea de la ilusión que me ha hecho. Este librito me acompañará en el viaje, esto está claro.

Y como lo habéis pedido, allí va el plan de viaje:
  • Miércoles 23 de marzo: vuelo Barcelona -> Chicago (con escala, cambio de avión, aduanas y todo el tinglado en New York).
  • Jueves 24 y Viernes 25 de marzo: Visita de Chicago (Illinois) - y del Teatro Apollo donde actuaron Michael Jackson y sus hermanos más de una vez siendo niños.
  • Sábado 26 de marzo: cogemos el coche, y vamos para Gary (Indiana), siguiente parada de la “ruta Michael” ya que se trata de la ciudad donde nació. Supuestamente, emprenderemos el camino hacia el inicio de la Route 66 esa misma noche.
  • Del Domingo 27 de marzo al Viernes 1 de abril (o 2 según): es el recorrido de la Route 66, y pasaré entonces por los estados de ILLINOIS, MISSOURI, KANSAS, OKLAHOMA, TEXAS, NUEVO MÉXICO, ARIZONA y CALIFORNIA, con un total de 2448 Millas, que vienen a ser 3939 Km. Lo que pasa es que no sé exactamente en que momento en que estado. Iremos viendo a medida que vayamos avanzando, donde nos apetece visitar y quedarnos a dormir.

  • El 1 o 2 de abril: lo previsto es llegar sobre estas fechas a Los Ángeles, California.
  • 22 y 23 de abril: vuelo Los Ángeles –> (New York) -> Barcelona



Es 23 de marzo.
El gran día ha llegado. Aunque tenga el despertador puesto a las 7h00, a las 4h15 no hay quien me duerma, aunque intento relajarme quedándome en la cama un rato más. Por fin son las 7h00, y ya estoy casi lista... unos minutos más tarde, estoy en la calle esperando el taxi que había reservado previamente. Tengo suerte, es puntual y llagamos al aeropuerto antes de las 9h00. Hago cola para facturar la maleta cuando un señor muy amable de la compañía se acerca, aconsejándome sacar el “Boarding Pass” por la máquina, cosa que acaba por hacer él mismo ya que este trasto tan moderno me ha registrado pero no quiere imprimir los papelitos. Finalmente, la máquina se rinde y puedo dejar la maleta. Me hacen las preguntas de rigor, paso los controles y me compro una tila: ¡la necesito!, sobre todo ahora que sé que no es 1 transbordo que tengo que hacer, sino 2: Nueva York e Indianapolis... pero bueno, paciencia y a ver como va la cosa. En cambio, lo que no sé es si tengo cara de americana ya, pero todos, incluso españoles, me hablan en inglés. Más tarde, mientras espero en la puerta de embarque, oigo mi nombre por megafonía, así que me acerco a la taquilla donde me informan que me van a cambiar de asiento: del 40 G, paso al 29 B. Ya estamos sentados y pronto despego rumbo al país de mis sueños, con un Andorrano muy simpático por compañero de viaje. Solo faltan 2 horas para llegar a NY y empiezo a sentirme mal - además, como buena rubia, no tengo ni paracetamol conmigo - y acabo vomitando... cuando aterrizamos (primera vez que me pongo enferma en un avión). Salimos de la nave. Los pasillos parecen no acabarse nunca, hasta que llegamos al control de pasaportes, donde me sellan la entrada sin problema.
Recupero mi maleta, paso el control de aduanas, ningún problema (ni siquiera me la hacen abrir) y la pongo de nuevo en la cinta rumbo a Chicago. Paso un nuevo control (pasaporte + equipaje de mano) para ir a la puerta de embarque del siguiente vuelo. Llegamos a Indianapolis (Indiana, estado donde nació Michael!) y después de un vuelo de los más moviditos con turbulencias en un pájaro con alas (ni más ni menos: “Eagle Airlines” - 1 piloto + 1 azafata de tripulación), aterrizamos. Sin embargo, el aeropuerto está tan bien preparado que no tenemos puerta y tenemos que esperarnos en pista unos 20 minutos. Entramos finalmente en el aeropuerto, cuando empieza una espectacular tormenta que no nos deja coger el siguiente vuelo hasta 2 horas más tarde. Aterrizo finalmente en Chicago, donde está nevando, y después de esperar más de 1 hora por la maleta, llego al hotel a eso de las 00h00 del día 24 (hora local, eso de las 5h00 de la mañana en España).


Hoy es día 24 de marzo.
Mi compañero de viaje aún no ha llegado y no tengo noticias. Empieza a fallarme el optimismo al respecto. Después de casi 20 horas sin comer, voy a tomar un café al primer sitio que encuentro: un Starbuck’s (hay en cada esquina), y vuelvo al hotel. Resulta que no tenemos wifi en la habitación sino que hay que bajar al “Lobby”, cosa que hago, y veo que tengo un e-mail de mi compañero de viaje que ha venido al Hard Rock, pero que no le han dejado entrar porque la habitación no estaba a su nombre, cosa que no entiendo ya que a la agencia de viajes, había especificado que él y yo llegábamos de sitios diferentes, con horarios diferentes y a aeropuertos diferentes, y que tenían que dejar los 2 nombres justamente. Ahora estoy esperándole, a ver si nos encontramos. Mientras le espero, voy actualizando todo esto... ¡¡Y ya nos hemos encontrado!! Momento rubio: me hago un café con la cafetera que está en la habitación, pero como la taza es negra, pues no veo que la taza está puesta al revés, y ya os podéis imaginar el resto... que la he liado. A pesar de estar ya juntos, y que entonces me sienta más relajada, no hemos acabado con los contratiempos ¬¬...
Resulta que mi agente de viajes, que ya no trabaja en esa agencia (ya voy entiendo por que razón), me ha reservado el coche para recoger ayer, cosa que no hice. Pero hoy hemos llamado para avisar que pensábamos recogerlo el sábado y nos dijeron que teníamos que cogerlo hoy o sino se anulaba la reserva, aunque todo estuviese pagado ya... así que volvimos al aeropuerto, para buscar la taquilla de “National USA”, la empresa de alquiler de coche. En fin, llegamos en metro al aeropuerto, donde buscamos... hasta llegar a la calle, siguiendo las indicaciones. Preguntamos donde es y nos dicen que ya nos llevará un autobús... la empresa está a tomar por el saco. Vamos, tenemos que recoger el coche, nos dan un recibo en el cual aparece que voy a tener que pagar mucho al devolverlo (mucho más que los $ 200 que se supone tendría que pagar, en fin, esto ya lo iremos viendo, de momento no me preocuparé por ello)... y luego: a buscar parking... La señora de la empresa de alquiler de coches nos encuentra uno que saldría $ 5 por día, pero no se fija y nos lo reserva en Florida... así que no puede ser. Al final, después de dar vueltas por los alrededores de la ciudad, acabamos volviendo a Downtown al no encontrar nada, y nos aparcamos cerca del hotel, cosa que también nos va a salir por un ojo de la cara. Aquí ahora son las 20h30, ya estamos recogidos en la habitación porque los nervios cansan un poquito ¬¬... Chicago es bonita, nos ha dado tiempo a dar una vuelta, pero me trae de cabeza con los problemas vividos hasta ahora.


25 de marzo.
Tenemos el coche y está aparcado. Hemos decidido disfrutar de este día empezando de 0, como si todo lo anterior no hubiese pasado. Así que salimos del hotel muy temprano, a eso de las 8, ya que desde las 4 de la mañana estamos despiertos, y nos dirigimos al Millenium Park, donde paseamos viendo la arquitectura más bien modernista que ofrece. A continuación decidimos ir al Water Tower Place, un centro comercial donde podremos entrar un poco en calor, porque llevamos más de 2 horas en la calle, donde hace un frío y un viento que nos congela (aunque tenemos suerte y no llueve). Luego, seguimos nuestro camino hacia Old Town donde paseamos un rato. Ya son las 12h00 (hora local) y estamos hambrientos, así que buscamos un sitio... y acabamos por casualidad en el Gino’s East of Chicago, un sitio acogedor, donde pronto disfrutaremos de una pizza “medium” pero que nos podría servir de almuerzo y cena de lo grande que es (menos mal que no cogimos la grande). Después de un rato, Philippe que ha ido a lavarse las manos, vuelve y me dice: “coge tu cámara y ven”.
Le sigo y ya os podéis imaginar mi sorpresa y alegría cuando veo colgada en la pared, entre otras, una foto firmada de Michael !!!... se trata de una las personas famosas que han venido a comer al local. ¿Hace falta decir que he tomado varias fotos ? ¡No estaba en mi ruta, pues no sabía de este sitio... fue la casualidad o el destino que me llevó hasta allí... primera señal de Michael! Me cuesta salir de allí pero tenemos que irnos, pues nos queda Chinatown por visitar aún, así que caminamos hasta el centro, donde cogemos el metro para ir a la 79th Ave, al Regal Theatre, lugar en el que los Jackson 5 actuaron cuarenta años atrás. Sin embargo, la parada de metro queda tan lejos del teatro que decidimos dejarlo para mañana, cuando tengamos el coche, antes de salir para Gary, y nos dirigimos a Chinatown, que más bien tendría que llamarse Chinastreet. Volvemos luego tranquilamente al centro y al hotel, donde visitamos cada una de las plantas para ver lo que hay de “memorabilia”.


26 de marzo.
Nos levantamos como siempre, o sea pronto, y bajo a conectarme a internet para dar las últimas noticias antes de emprender la famosa Route 66. Vamos a tomar un café, recuperamos el coche y salimos a ver el Regal Theatre que no hemos podido ver el día anterior. Los que me conocen ya pueden imaginarse como estoy. A continuación, seguimos nuestro camino hacia Gary (Indiana)... excepto que llegamos a Mishawaka, 67 miles (unos 130 km) más lejos de Gary... es que nos hemos saltado una salida sin darnos cuenta, así que también hemos pagado peaje para nada... pero podría haber sido peor... podríamos habernos dado cuenta de esto como a 100 miles :). Así que regresamos sobre nuestros pasos y llegamos finalmente a Gary, donde nuestra primera impresión, una vez salidos de la zona industrial que la rodea, es que se trata de una ciudad medio abandonada, con ruinas por todas partes. Acabamos por preguntar a una señora por nuestra meta: 2300 Jackson Street y llegamos a esa casa tan pequeña en la cuál se criaron 9 hermanos.
Una vez allí, un sentimiento de felicidad por haberla encontrado se confunde con una sensación muy profunda de tristeza, sobre todo al ver las vallas que la rodean, así como el monumento recordatorio, las flores y los mensajes que ha dejado la gente. Consigo contenerme y hacer unas fotos, pero la sonrisa no me acompaña precisamente en ese momento.Se nota que la casa también ha sido renovada cuando la comparamos con las colindantes. Después de varios minutos allí, donde me vienen cientos de sentimientos, pensamientos y reflexiones, se acerca otra persona que me pide un bolígrafo para poder, ella también, dejar un mensaje. Solo intercambiamos un par de palabras, pero en ese momento, no hace falta decirnos más, nos miramos y ambas sabemos que compartimos un sentimiento muy especial por un joven de Gary que ya no está entre nosotros. Finalmente, ya es muy tarde y decidimos comer algo por la zona. Nos acercamos al “Church’s Chicken”, un local de malamuerte, como los otros que lo rodean, que existe desde 1958... a lo mejor, también fue él a comer allí alguna vez. Ya es hora de abandonar la ciudad natal del Rey del Pop y de iniciar la Route 66 dirigiéndonos hacia Springfield para poder llegar allí por la noche. Mientras abandono Gary, no puedo dejar de tener esa sensación de haber ido a un sitio muy importante para mí, al cual, a lo mejor, nunca más tendré ocasión de volver. Llegamos mientras se pone el sol, y decidimos ir a hacer unas compras a un hipermercado, ya que no sabremos ni donde ni cuando encontraremos de comer. Experiencia “entrar en un hiper americano”: es algo inmenso, no sé cuántos metros hacen los pasillos pero más vale no olvidar nada al otro lado del hiper, no acaban nunca!! Hay pasillos llenos de pastas, arroces, salsas, panes, ... de diferentes marcas. Los botes de ketchup, mostaza, mayonesa son inmensos. Las botellas se venden por galones: encontrar una botella de agua de 1,5 litros resulta casi imposible!! En fin, mi compañero de viaje se ríe de mí porque tomo fotos de todo esto. Salimos finalmente y nos queda encontrar un lugar donde dormir.
Después de pensar que una residencia para gente mayor era un motel (en serio, se parecía!), encontramos el “Pioneer Motel”. Y allí me alegro de haber ido con un Canadiense, porque hablo y entiendo inglés... si... cuando la gente abre la boca para hablar !!! En fin, nos cuenta que tiene habitación disponible con 2 camas, TV, cocina y baño. Perfecto, nos la quedamos. Las camas tienen sábanas agujereadas y no hay mantas (debe de hacer cosa de 0 o 1ºC fuera), la cocina no tiene ni ollas ni platos... vamos a pedir una olla para cocinar la pasta que hemos comprado, y el señor nos da una bandeja (como para poner en el horno) - mejor no decimos nada - y el acceso a internet está más que lento. Todo esto por no hablar del baño que tendré que limpiar antes de ducharme, y eso si puedo ya que la bañera no se vacía.


27 de marzo.
Un largo día de ruta nos espera. Después de tocar decenas de veces y esperar como media hora a que los propietarios del motel se despertaran para poder devolverles las llaves, mientras intento desatascar la guantera que se ha bloqueado con un CD comprado el día anterior, salimos para visitar Springfield (Illinois). Se trata de hecho de la ciudad natal de Abraham Licoln, y se trata de una pequeña ciudad muy acogedora. Es domingo, no hay nadie en las calles, así que podemos dar la vuelta de forma bastante rápida. A continuación, cojo por fin el coche (hasta entonces lo había llevado Philippe)... automático, a lo que no estoy acostumbrada para nada, así que antes de encenderlo, estudio el aparato, y nos dirigimos a Saint Louis (Missouri). Springfield, esta vez en Missouri (existen unos 31 Springfield en EEUU). Allí poco hay que ver la verdad, así que seguimos nuestro camino hasta llegar a Tulsa (Oklahoma), donde pasaremos la noche.
Vemos un “Hard Rock Resort & Casino”, un conjunto bastante impresionante. Sin embargo, dormiremos en un motel de nuevo. Después de comprobar la relación calidad-precio en más de 5 moteles, nos decidimos finalmente por uno bastante típico, esta vez limpio, con agua caliente: un paraíso comparado con el de la noche anterior, aunque claro, algo tenía que pasar. Pedimos una twin room, nos dan una doble, así que vamos a pedir si hay posibilidad de cambiarla. Nos dan otra y allí, hay un problema con la cerradura que hace que tenemos que forzar la puerta para poder entrar, pero al fin estamos. Este ha sido en el que hemos hecho mucha ruta, nos hemos reído mucho también con una pelea que tiene Philippe con el intermitente del coche que no se apaga o con las gasolineras, conmigo cuando no me espero a que el coche frene tan repentinamente o al contrario siga aunque no pise el acelerador ¬¬, y con mi primera experiencia “Fast Food Drive”, bien diferente del sistema europeo. Después de todo esto, caigo en la cama, deben de ser las 10h00 de la noche pero me duermo enseguida. Hace buen tiempo, aunque frío, el cielo es azul, pero a medio camino empezamos a ver que hay nieve en los lados de la ruta, y de hecho, al leer el periódico, nos damos cuenta de que 2 días antes hubo una tormenta muy fuerte, y como las temperaturas siguen estando muy bajas, la nieve no se funde. Llegamos por fin a Saint Louis, donde damos una vuelta en la ciudad . Unas horas más tarde, después de equivocarnos de carretera y nuevamente hacer unos miles demás, paramos a comer, antes de dirigirnos a


28 de marzo.
En Tulsa, no hay mucho que ver, así que salimos rumbo a Oklahoma City, mientras suena “Beat It” en la radio, y pasamos un convoy de más de 20 vehículos del ejercito. La verdad es que hace bastante frío, unos 5 grados como máximo. Además el cielo es blanco - gris hoy, lo que no invita a pasearse precisamente. Cuando llegamos a la capital del estado, damos una vuelta rápida caminando, y luego con el coche. Se trata de un sitio muy gris, unas estatuas pintadas le dan un ligero toque de color, pero las obras y lo poco que hay que ver allí hace que nos quedemos poco más de una hora, antes de coger de nuevo la ruta, en la cual por fin encontramos algún sitio que vende souvenirs, postales y sellos!! El objetivo es pasarnos a Texas y llegar a Amarillo. Esta vez, “Man in The Mirror” es el tema que nos acompaña en la radio. Empezamos a ver coches de shérifs, el paisaje se hace más árido, la tierra más rojiza, y podemos apreciar manadas de vacas y caballos en los campos. Decidimos parar para comer en Shamrock, una “ciudad” de las que vemos en las películas del Oeste, es decir una avenida ancha con casas y comercios a cada lado, nada más, ni una calle perpendicular. No encontramos ningún restaurante local, así que no nos queda más que entrar al Mc Donalds. Imaginaos, llego a Texas y pregunto si tienen algo vegetariano ¬¬... total, me han hecho una hamburguesa normal, solo que no pusieron carne :). Y qué decir del tamaño de la bebida básica?... se trataría de un tamaño XXL en Europa!! Pronto llegamos a Amarillo, donde, después de comprobar donde vamos a pasar la noche, decidimos aprovechar las últimas horas de sol e irnos a la 6ª avenida (muy recomendable para los que hacen la ruta 66), o eso intentamos. Resulta que vamos cruzando avenidas: 5ª, 4ª, 3ª... así que pensamos que la sexta está a nuestra espalda. Damos la vuelta y vemos las avenidas !0ª, 11ª, 12ª,... Aquí hay un problema: faltan 4 avenidas... pues resulta que no: teníamos que buscar la 6ª South, no la 6ª North ¬¬.


29 de marzo.
El plan es dar una última vuelta por Amarillo ya que me gustaría entrar en alguna de las tiendas que estaban cerradas, y zarpar para Santa Fe y Albuquerque a continuación. Se trata de un ligero desvío, pero vale la pena. Así que después de comer por primera vez pancakes, volvemos a la 6ª de Amarillo bajo la lluvia y emprendemos nuestro (largo) camino hacia Santa Fe. Casi 300 miles nos esperan, en los cuales, aparte de ver que los buzones de algunas casas están al otro lado de la carretera de cuatro carriles en los alrededores de Amarillo, vemos que el paisaje va haciéndose cada vez más desértico a medida que avanzamos. Se aprecia de vez en cuando algún que otro rancho, perdido en medio de campos color amarillo, cortados por la carretera y alguna vez, por una vía de tren. De repente, vuelve algo de vegetación, alguna pineda, y de nuevo nada sino hierba quemada por el sol. La tierra se hace más rojiza, y se divisa alguna montaña. Dejamos finalmente Texas y entramos en New Mexico para ver desierto y más desierto. Hacemos alguna parada para repostar, ver lo que ofrece la tienda local, y caminar un poco. Aprovechamos para comer a modo pic-nic en el coche... negro... con el sol y el calor ¬¬. Después de un rato, volvemos a la carretera, y empezamos a divisar la sierra nevada.
Resulta bastante paradójico ver nieve en la lejanía mientras pasamos calor en medio de las tierras áridas por las cuales estamos pasando ahora. Y es cuando decido bajar la ventanilla e ir tomando fotos desde el coche en marcha. Hay lugares y paisajes preciosos, y no podemos pararnos, así que aprovecho el hecho de que Philippe está conduciendo ahora para poner a prueba mis talentos de fotógrafa en condiciones “extremas”. Después de ver una señal de “School Bus Stop” en medio del desierto, llegamos finalmente a Santa Fe, donde, claro está, nos equivocamos y llegamos a una zona industrial. Media vuelta y paramos en Downtown en un sitio donde no podemos quedarnos, ya que se trata del centro de trabajo local, o sea que hay un montón de gente por allí que está esperando a ser elegida para irse a trabajar. El guardia, muy amable, nos indica donde podemos dejar el coche y vamos al centro de la ciudad. Es algo completamente diferente a lo que hemos visto hasta ahora, parece que estamos en otro país, con casas y tiendas hechas de barro.










Por momentos, tengo la impresión de estar en alguna parte de Perú donde estuve. Santa Fe, una ciudad contradictoria: la encuentro muy acogedora pero estoy muy lejos de sentirme segura, sobre todo en la plaza central. Después de unas dos horas por allí, hemos dado la vuelta, y emprendemos el camino hacia Albuquerque - con el mismo objetivo: tomar fotos mientras vamos en coche - última parada para hoy, donde, después de nuevamente tener una habitación de motel con cocina y sin cacharros (¡¡que conste que hemos comprado la pasta en Springfield!!) encontramos un motel justo en la mítica ruta. Al pasar a este nuevo estado, hemos ganado otra hora, así que aún es temprano y nos da tiempo ir a recorrer la ciudad, donde lo interesante se resume en la calle Central, es decir la Historic Route 66. Se nota que estamos más al sur y que hace más calor (unos 18ºC) porque por fin, empezamos a ver gente en Harleys por la ruta.


30 de marzo.
Hoy, tenemos que levantarnos pronto. Tenemos otra vez bastante ruta hasta llegar a Flagstaff, Arizona. A continuación, dependiendo de la hora, ya veremos lo que hacemos. Dejamos atrás Albuquerque para adentrarnos de nuevo en el desierto. La ruta, y a veces una vía de tren, son las únicas marcas “humanas” en un paisaje rojo y amarillo, con, de vez en cuando, un toque verde, todo bajo un cielo muy azul. El calor se hace más intenso a medida que vamos acercándonos a Arizona. Paisajes accidentados, seguidos por llanuras en las que aparece algún que otro rancho y vacas, y nuevamente rocas rojizas. Pasamos finalmente a Arizona. Lo que vemos no cambia mucho y aún nos quedan algunos miles. De repente, vamos viendo cada vez más montes, uno en particular donde podemos divisar nieve en la cima, los otros en cambio están cubiertos de pinedas.
Llegamos a Flagstaff por la “old route 66” y sus parches. Se trata de una localidad pequeña rodeada de montañas. Desde ayer hemos ganado dos horas, pero eso, nuestro cuerpo aún no lo ha asimilado. Decidimos pararnos a comer algo en Miz Zip’s, un bar-restaurante de comida casera que parece existir desde el tiempo en el que la Route 66 era el único paso posible para llegar a California. Los clientes parecen conocerse todos, y muchos deben de haber vivido los tiempos gloriosos de la mítica ruta. ¿Qué hacemos luego? Bueno, el Grand Canyon está a escasos 80 miles de aquí, así que no podemos pasar al lado sin ir a comprobar con nuestros propios ojos si es realmente tan impresionante como lo dicen. Y aquí es donde empieza nuestro gran desvío de la ruta (a la cual volveremos al acercarnos a Los Ángeles). Mientras dejamos Flagstaff y nos acercamos a nuestro nuevo destino, vamos viendo restos de nieve entre los pinos, a los lados de la carretera.
Parece increíble que bajo un cielo tan azul y unos 18ºC aproximados pueda seguir habiendo nieve allí. Pagamos la debida tasa para adentrarnos en el parque del Grand Canyon. Aparcamos y usamos los “shuttles” para llegar a los mejores puntos y así deleitarnos con el Grand Canyon. Cada vez voy sorprendiéndome más... es algo imposible de describir con palabras, un paisaje que corta la respiración. Ante nuestros ojos, estamos viendo uno de los mayores milagros obrados por la naturaleza. ¿Cómo es posible que tan sólo un río haya llegado a hacer esto? A medida que avanzamos por los puntos, me quedo cada vez más boquiabierta, sin palabras. Los turistas que nos acompañan hablan y comentan, pero en más de un momento, es como si estuviese sola, no oigo nada, estoy en otro plan, admirando únicamente lo que se ofrece ante mí, la naturaleza, la flora y la fauna local, todo. Sin embargo, aunque pensaba que sería imposible sorprenderme más, estaba muy equivocada. El momento cubre de la belleza llega a la hora de ponerse el sol en el Grand Canyon. Los juegos de luces y sombras hacen que este paisaje resulte más bonito e impresionante aún si cabe. ¡Se trata de un momento tan emocionante! Aún sin palabras, no dejo de pensar, de pensar en todas las personas a las que quiero... me encantaría que estuviesen aquí, conmigo, para poder compartir este momento.

El sol se ha finalmente puesto: ¿qué hacemos? Mi compañero de viaje aún está en forma, así que volvemos a coger el coche, dirección Las Vegas, donde llegamos tarde, como él quería, para poder disfrutar del “Strip” y de sus luces. Damos una vuelta rápida en coche allí, y es hora de ir a descansar (con otra experiencia Motel por cierto), yo, aún con las imágenes del Grand Canyon en la cabeza.




31 de marzo.
Hemos decidido quedarnos en Las Vegas una noche más para poder disfrutar de la noche que ofrece esta ciudad de forma más tranquila. Además, hemos encontrado un motel más barato, al lado del Strip caminando, así que hemos aprovechado para ir a comer algo, lavar ropa,... esperando las 5 de la tarde para acercarnos al bullicio y dejar un poco atrás el calor. Cuando salimos, aún hacen unos 42ºC por la calle, pero tenemos que aprovechar el tiempo, y vamos al Strip, donde hago las fotos de rigor. En cada paso me sorprendo más: lujo, dinero, casinos codo con codo con vagabundos, turistas y artistas callejeros (a quienes les encanta asustarme, a mí, no entiendo por qué). Todo es grande, o, en su defecto, inmenso, desmesurado. Poco a poco el sol va poniéndose, la gente va saliendo y las luces van encendiéndose. En cada esquina de calle, es un alboroto de gente que va entregando papelitos de promoción para shows... a mí, no, claro, sino a mi acompañante :). Existe un Hard Rock Café en el Strip... ¡no podía faltar!... así que vamos allí rápido porque a las 20h30, tenemos que estar al otro lado para ver el show que ofrece el Hotel Treasure Island en sus fuentes. Llegamos, damos una vuelta por la tienda y tomamos un zumo. Al salir, Philippe me indica un artista... un doble de Michael Jackson, a quién pido hacer una foto... no sale el flash, así que dice que la repitamos. Me pregunta de donde vengo, a donde voy, le cuento que soy fan de Michael, me da su tarjeta para que le agregué al face, y da un largo abrazo para despedirse diciéndome que le transmito mucha energía positiva... bueno, creo que no hace falta decir que estaba yo en mi nube en ese momento, ¿verdad?... Luego, toca correr para llegar a tiempo al show... llegamos y empieza justo en ese momento. Aunque las fotos no lo demuestren porque estaba lejos, es un espectáculo muy entretenido que dura un cuarto de hora. Seguimos nuestro camino hacia el Hotel Mirage, que también ofrece un show, esta vez de cinco minutos, bastante decepcionante la verdad.
Llegamos al Bellagio, muy conocido por sus fuentes (allí donde TH quiere rodar un vídeo clip) y la verdad es que es impresionante. Cada juego de agua dura el tiempo de una canción, pero hay cada 30 minutos y son todos diferentes. Muy, muy bonito. Quiero pasar nuevamente delante del Hard Rock, por si “Michael” sigue allí, pues me olvidé hablarle de mi tatuaje... no está, pero está sonando “Hold my Hand”. Muy cerca de allí está la tienda de M&M... 4 plantas de merchandising dedicadas a la colorida píldora de chocolate... y mucho, mucho chocolate... ¡realmente Las Vegas es la ciudad de todos los vicios! Mientras me sorprendo de todo lo que tienen con la foto de los M&M, empieza a sonar “Scream” de Michael y Janet Jackson, ¿os lo podéis creer? Sinceramente, sigo en mi nube!! Hemos caminado 5 horas, Strip par arriba, Strip par abajo, tengo los pies hechos mermelada, pero para qué los necesito si en este momento parece que tuviese alas :).


1 de abril.
Como si de una broma se tratase, esta mañana empezaban los problemas... otra vez... Abría mi correo electrónico y resultaba que no tenía donde alojarme en Los Ángeles hasta el 12 de abril. Así que empecé a ponerme un poquito nerviosa, pero al final, la hija de la persona que tenía que alojarme hizo una reserva en un hotel, y solo tenemos que salir el 6 de abril. Así que cogemos el coche, dejando atrás Las Vegas y sus luces, para adentrarnos en el desierto: arena, roca, cactus, montañas, casi 50ºC, y nosotros en un coche negro.
Miles y miles con un paisaje que apenas va cambiando. Hasta que vemos en la carretera un bar-restaurante de los años 50. Ya empezamos a tener hambre así que decidimos pararnos, y no lo lamentamos!! Subiré las fotos más tarde, pero allí he podido disfrutar de una hamburguesa vegetariana casera, estilo 50, servida por una señora vestida como en las películas!! Hasta existe una tienda de souvenirs del restaurante!! En mi opinión, se trata de una parada obligada en la ruta. Aunque tenemos, en principio, suficiente gasolina para llegar a Los Ángeles, preferimos repostar... nunca se sabe, y no me veo tirada por el desierto, bajo 50ºC y un sol que quema. Retomamos nuestro camino hacia la meta, mientras suena “Rock with you” en la radio. Un poco más tarde se divisa ante nosotros, aparte del desierto, una montaña... con nieve, de nuevo. Es algo increíble, hace un calor inaguantable y vemos nieve allí, un poco más lejos. Parece estar tan cerca. Llegamos finalmente a la ciudad de Los Ángeles con no sé cuantas autopistas y vías que van en todos los sentidos, y como es costumbre ya para nosotros, nos perdemos. Mínimo 1 hora hemos tardado dando vueltas a los Counties de Orange, Brea y Rowland Heights, antes de encontrar finalmente el hotel.


2 de abril.
Ya que vamos a estar aquí, sabiendo donde dormir hasta el 5 incluido, hemos decidido dar prioridad a lo que he venido a lo principal que he venido a hacer a Los Ángeles. Así que hoy, es un día lleno, cargado de emociones y sentimientos. Empezamos nuestro recorrido por Forest Lawn y su Holly Terrace, allí donde descansa Michael Jackson. Una señora muy amable nos indica donde está. Forest Lawn es un parque inmenso, solo se nota que es un cementerio una vez dentro ya que las tumbas son, de hecho, placas horizontales en el suelo. Aparcamos el coche y me acerco a Holly Terrace. El día, como mi ánimo en ese momento, está muy gris. Dejo un librito que he preparado, así como unos corazones de cristal, piedra y madera que he ido comprando en mis diferentes viajes. Sale un rayo de sol. Allí también está un señor sentado. Me da la impresión de haberle visto ya, hasta diría que se parece a uno de los sobrinos de Michael. Empezamos a hablar y me comenta que viene de Connecticut. También ha sido un largo viaje para él. Resulta que es otro doble de Michael, aunque en ese momento no lo parezca. Me enseña una foto de él cuando “hace de Michael”... ¡es increíble como pueden cambiar las personas con maquillaje! Nos quedamos a continuación un momento en silencio.
Los que me conocéis sabéis como soy, resulta que no suelen traspasar mis sentimientos hacia fuera, lo llevo todo dentro, muy profundo, y lo único que puede a veces salir a la vista es un poco de seriedad, y así también ocurre en este momento, por lo menos al principio... aunque pocos minutos después el rimmel que llevo empieza a resbalarse por mis mejillas. Me cuesta mucho en ese instante “keeping smiling although my heart is aching”, tal y como lo decía él... Me repongo y le comento al fan que me acompaña que tengo que irme, pues nos esperan tres horas de viaje para llegar a Neverland, y que volveré antes de regresar a España. Y eso hago, coger la ruta hacia Figueroa Mountain Road, en Los Olivos (Santa Barbara). El cielo es muy nuboso, hay una niebla tan espesa que uno no ve ni la punta de su nariz. Vamos de espacio, empieza a llover, y sin embargo, me encanta el paisaje. Al acercarnos a la zona montañosa, entiendo muy bien porque Michael se enamoró de este lugar y lo eligió para erigir la casa de sus sueños. No quiero ni saber lo preciosa que tiene que estar bajo un cielo azul. Encontramos por fin la calle, ahora, en busca del número. Como tenía que ocurrir, nos pasamos de largo, algo como 5 o 6 miles. Una señora muy amable nos indica donde es, así que damos la vuelta. El paisaje no hace más que volverse cada vez más bello: montañas verdes, llenas de árboles, lagos,... Estamos en el “Los Padres Natural Park”.
Llegamos finalmente a la puerta de Neverland, bueno, a lo que reemplaza la puerta original. No vemos nada, sólo césped y árboles en una colina, detrás de la cual debe de estar la antigua casa de Michael. Un momento en el que me gustaría convertirme en pájaro. Hago unas fotos, pienso mucho, me resisto a irme pero tenemos que hacerlo, pues otro destino nos espera. A medio camino hacia Los Alamos, mientras sigo extasiada con el paisaje (en serio, no es ninguna ciudad, pero me quedaría allí toda la vida... me dan ganas de esconderme por allí para siempre), me doy cuenta que no he cogido hojas del árbol de la entrada... ya es tarde y no podemos volver atrás. Esta soy yo, pienso tanto que me olvido cosas que quería coger como recuerdo. En fin, llegamos a Los Alamos, otra preciosidad de pueblo, con muchos anticuarios, la oficina de correos muy antigua, y otras tiendas de época. Buscamos el Union Hotel, allí donde Paul McCartney y Michael grabaron parte de “Say, Say, Say” (al parecer, Bon Jovi también habría grabado allí). Por casualidad nos damos cuenta de que es nuestra meta por decir que se parecía a los hoteles de los westerns (data de 1880 y no lo han cambiado).
Entramos y pregunto si es allí donde se rodó el vídeo, cosa que me confirman. Me invitan a pasar al saloon contiguo para ver el video en cuestión, y a medida, me van indicando donde se encuentran las escenas rodadas en el hotel. Desgraciadamente, hay gente alojada en la habitación nº2, en la cual se hizo una escena, y no la puedo ver. Pero disfruto mucho viendo y tomando fotos del Lobby, del saloon,... (¡¡allí tengo que reservar una noche en un futuro viaje!!). Aún no es tarde, pero nos esperan 4 horas de viaje hacia Los Ángeles, así que volvemos a coger la ruta, esta vez sin perdernos, pero casi nos quedamos sin gasolina. Como lo he puesto al inicio, ha sido un día lleno de emociones y sentimientos mezclados, nuevamente. No sabría ni definir todo lo que siento ahora: tristeza, felicidad, nostalgia, ganas de volver atrás en el tiempo,... muchas cosas.



Viaje a Estados Unidos... continua la aventura 

3 de abril.
Hoy se trata de continuar siguiendo los pasos de Michael... y empiezo con los lugares donde se rodó “Thriller”... con los cines Palace, que, aunque cerrados en ese momento, parece que vuelven a emitir, o a estar usados de alguna forma.










Esto está en el Downtown de Los Ángeles, una zona no muy segura pero muy activa aunque sea domingo. Allí tendré que volver, aparcar el coche en un parking vigilado e ir andando por allí. A continuación, me adentro en un polígono industrial para ir a buscar las paredes rojas que aparecen detrás de Michael y los zombies cuando bailan... claro que no puedo contenerme y tengo que tocar estas paredes, a lo mejor él también las tocó, o se apoyó en ellas. El lugar está exactamente igual que hace 25 años, aunque a diferencia de otro fan que fue y lo vio, no queda rastro de pósters ni pintadas en homenaje a Mike. Luego me acerco a la Mansión Thriller, es decir la casa en la cuál Ola Ray se esconde de Michael-Zombie al final del video.
La casa está habitada, aunque bastante abandonada por desgracia, sobre todo comparada con las casas vecinas. Un barrio muy bonito este de hecho. A continuación, toca ir a alguno de los lugares donde se rodó “Beat It”. Empiezo por el bar donde Michael baila detrás de la barra en el vídeo, así como la sala de billares que aparece en un momento dado, pero al ser domingo, estaban cerrados, así que tengo pensado volver, ya que además está en la misma zona que el Palace. Y luego se trata de recorrer las calles para encontrar los almacenes donde Michael y la pandilla bajan en el video. Los fans seguramente habrán visto esta entrevista en la que Michael dice que contrataron a gente del barrio para rodar el vídeo, y que por momentos tenían miedo... pues ahora entiendo por qué... mirad que he ido a barrios pobres y chungos, pero esto es de lo peor, vamos, lo que se ve en las películas. Para fotografiar el callejón, no me atrevo a bajar del coche, sólo bajo la ventanilla, y para fotografiar los almacenes (y la placa que tapa la cloaca: en el vídeo, uno de la pandilla sale por allí) bajo sin alejarme mucho la verdad. No creo haber visto tanta pobreza como he visto en esta zona (y eso que he ido también a Perú y a parte de sus peores suburbios)... pobreza que no deja de estar ubicada muy cerca de una calle donde hay casas modestas. Después vamos a Sunset Boulevard. En el punto donde se cruza con N. Cherokee Av., se tomó una foto de Michael para una campaña Suzuki, así que intento tomar la misma pose y tomar la misma foto (parecida, vamos). El lugar no ha cambiado mucho la verdad. Parece increíble que por aquellos entonces, Michael pudiera estar en pleno Sunset Bvd sin tener que esconderse de las fotografías. No pensaba que tendría tanto tiempo y que encontraría estos lugares tan “fácilmente” (en alguna ocasión he pasado varias veces delante sin darme cuenta y he tenido que dar la vuelta)... así que no tenía previsto para hoy hacer más cosas. Estoy en West Hollywood, la última casa de Michael está cerca, no sabía si pasar o no pero está a tan sólo unos miles. Me cuesta encontrarla, pues está en un trozo de calle, cortada por otra. Me paro delante de una valla que no corresponde a lo que recuerdo de las fotos, sin embargo, la dirección lo pone bien claro: allí tiene que ser. Doy la vuelta por la otra calle, y allí la veo, la valla que apareció en tantos periódicos, por la televisión,... Se ve que hay un coche tapado dentro. Su última casa... no sé que siento exactamente en este momento. Hasta ahora hoy, fue todo alegría, pues recordaba en cada momento los vídeos, bueno, también tuve alguno que otro susto por los callejones, pero en ese momento, todo es diferente. Llevo conmigo el ordenador con planos para llegar a los lugares (gracias Google Maps) así que miro lo que tengo por la zona también. Y cerca están los estudios “Jim Henson”... allí donde Michael y 46 de sus amigos grabaron “We Are The World”, el 28 de enero de 1985, después de la ceremonia de los Grammy (también se grabó allí la nueva versión el 1 de febrero de 2010 en beneficio a las víctimas del terremoto de Haiti). Charlie Chaplin empezó a construir este sitio en el 1917, un lugar encantador, con flores y estatuas, donde también se filmaron películas como “Gold Rush”, “City Lights”, “Limelights”, “Modern Times”, “The Great Dictator”, y después de venderlo, también se rodaron escenas de famosas series como “Perry Mason” o “The Adventures of Superman” entre otras. En el año 1999, los estudios pasan a ser propiedad de los hijos de Jim Henson, quienes, en memoria a su fundador, erigen la estatua de Kermit, la rana. Desgraciadamente, los estudios no se pueden visitar, una verdadera lástima porque, en mi opinión, es uno de estos lugares cargados de historia del cine americano muy valiosa. Hablo con el guardia, muy simpático, quién, al ver mi tatuaje, sabe porque he venido. Me queda tiempo... en el atlas que tengo, no encuentro Hollywood Bvd (por más increíble que parezca, lo sé), pero veo que el Staples Center está cerca, así como el Nokia Theatre, en frente. Pero hoy hay un partido de los Lakers, es imposible acercarse, así que volveré. Déciros que sigo estresada no, lo siguiente con el coche y la forma que tienen de conducir aquí, con autopistas superpuestas que tienen salidas por la izquierda, por la derecha,... un caos !! Me encantaría vivir aquí, pero está claro que si lo consigo, me pago clases de conducir (otra vez) para acostumbrarme a esta forma de llevar el coche que tienen aquí.


4 de abril.
Hay una cosa que no he contado y que he recordado hoy. En el hotel en el que estamos, en uno de los barrios asiáticos de L.A., tenemos el desayuno incluido. Hasta ahora, creo que somos los únicos occidentales alojados aquí. Pues bien, el desayuno es un buffet, y hay un poco de todo, también fruta... y cuando traen la fruta, de repente ves que todo el mundo se levanta para ir a buscar... los plátanos. Vale, cuando veo el tamaño de los plátanos (que hoy hemos conseguido... ¡un verdadero milagro!) no me extraña. Hoy el plan es seguir yendo a los sitios de mis Michaels. Y empezamos con el Hillside Memorial Park, donde están las cenizas de Michael Landon, pero desgraciadamente, el día ha empezado mal porque no he encontrado la tumba. Bien he preguntado al guardia de la entrada, pero no tenía ni idea. Después de recorrer el cementerio (es bastante grande), nos fuimos con las manos vacías. Seguimos el plan, dirigiéndonos a Encino, un barrio de Los Ángeles. Estoy buscando la casa de la madre de Michael Jackson, donde también viven sus hijos. No pretendo ser una stalker, ni mucho menos: ante todo quiero respetar su privacidad. Lo único que deseo es dejar una carta y un librito que he escrito en el buzón, cosa que hago al asegurarme con un señor que está allí que el número que busco es este, pues no hay nada escrito. A continuación, vamos unas calles más lejos, a echar un ojo a la primera casa que se compró Michael. La parada siguiente es Malibu, “Leo Carrillo Beach” más exactamente, pues allí los Jackson 5 hicieron un photoshoot con coches bastante famoso.
Al llegar a Malibu, se nota que la serie “Baywatch” no está rodada allí para nada. La ubicación que busco no es nada fácil de encontrar, y damos más de una vuelta. Al final encontramos un parking cerca de donde (creo que) es y miramos la playa. Queremos aprovechar para tomar fotos del Pacífico, todavía no lo habíamos visto (Michael me ocupa mucho tiempo :) )... y de repente, vemos unos lomos y aletas salir del agua... ¿qué es? ¿tiburón?... hace tan sólo unos segundos mi compañero de viaje me decía que le gustaría bañarse... Cojo el objetivo más fuerte, y compruebo que son delfines. Hay como 4 o 5. ¡Primera vez que vemos el Pacífico (en este viaje) y vemos delfines!
Parece increíble. Miramos hacia el cielo, y un grupo de pelicanos está volando encima de nosotros. Aprovecho que hay viento, olas y rocas para tomar fotos de las olas rompiéndose a escasos metros de nosotros. A continuación nos dirigimos a ver la ubicación del photoshoot. Hay que volver a subir, cogemos el coche, aparcamos un poco más arriba, y veo un lagarto (no una lagartija, no, un lagarto) al bajar... y por fin, después de ver tanta fauna local en unos minutos, creo que si he encontrado el sitio en el cual se realizó el photoshoot. No estoy del todo segura, pero se parece bastante, aunque por entonces, no había nadie en la playa. Hace sol, calor y hay viento: ¡como en las pelís! (frase que siempre digo que que hace reír mucho mi compañero). Bien me quedaría un rato más, pero tengo más lugares para ver, así que, como no he podido dejar lo que tenía pensado en la tumba de Michael Landon, he pensado ir a dejarlo en el buzón de su mujer, en Malibu. Buscamos la dirección... pasamos delante de la calle sin verla (¿os sorprende?) hasta llegar a otro sitio al que quería ir, que estaba en el camino, llamado el “Michael Landon Community Center”, donde pregunto si acostumbran a ver a Cindy Landon, lo que me contestan con una negativa, pero me indican el camino a seguir para llegar a la calle que busco.
Finalmente la encontramos, y dejo en el buzón lo que había preparado, sin más... sólo espero que llegué bien. Son sólo las 3 de la tarde y hemos hecho buena parte de lo que quería ver. De hecho, al ver el plano, me imaginaba que tardaríamos más. ¿Qué hacemos?... volvemos a Hollywood ya que aún me quedan cositas específicas de Michael Jackson para ver: la primera casa que compraron los Jackson al venir a instalarse a Los Ángeles (muy bien conservada), y la escuela primaria donde fue Michael fue, donde, después de su fallecimiento, han vuelto a poner su nombre al Auditorium (estaba a su nombre y lo sacaron en el 1993 con las primeras acusaciones, negándose a volver a ponerlo a pesar de haber sido declarado inocente, y colocándolo de nuevo tan sólo unos días después de su muerte: ¿se puede ser más hipócrita?... en fin, lleva su nombre). Bufff... son las 5h00, hora punta... vamos a tardar en volver al hotel, así que después de repostar (no vaya a ser que nos quedemos tirados en pleno atasco), cogemos el camino de vuelta. Al llegar y al encender el ordenador, compruebo mis e-mails, y cuál es mi sorpresa cuando veo que mi Michael de Las Vegas me ha escrito, preguntándome si sigo por LV... Bueno, ahora, después de actualizar este blog y las fotos, me pondré nuevamente manos a la obra, a ver si encuentro la ubicación exacta de la tumba de ML... son 20 años que espero este momento, no puedo irme de aquí sin haber ido.


5 de abril.
Después de haber pasado un momentito buscando por internet donde podía situarse la tumba de Michael Landon en ese cementerio, me encontré con una web que indicaba que se ubica en el edificio blanco que vimos al cual no nos acercamos, pensando que era para la administración o algo. Así que hoy volvemos. Esta vez, mi compañero prefiere quedarse en el coche, y lo entiendo, ayer lo recorrimos para nada, y tampoco es que sepa como voy a reaccionar. Me deja en el lado derecho del edificio, donde un señor está regando. Hay 2 puertas, una en frente, otra en el lado. Puesto que está el jardinero trabajando, elijo la de la derecha y me adentro en lo que resulta ser un verdadero laberinto...buscando y buscando... debo de estar sola por allí. No me cruzo con nadie. Ya debe de hacer unos 45 minutos que estoy dando vueltas, hasta he visto la tumba de Aaron Spelling, y ni rastro de la que busco yo. Además, no hay nadie para preguntar porque sé que está situada en una habitación con puerta de cristal, y aún no he visto ninguna de este tipo. No sé ya ni por donde salir... ¿pero para qué?... si he dicho que no me voy sin haberla encontrado.
Estoy desesperándome... y de repente, miro a mi izquierda: el sol refleja en algo... algo como cristal... me acerco... ya he encontrado la zona que estoy buscando y es solo cuestión de segundos hasta que encuentro la de Michael. No creo que haga falta que describa lo que siento en ese momento, ya me conocéis además: el 1 de julio harán 20 años de esa promesa que hice y que estoy cumpliendo ahora. Por la mañana, volví a copiar lo que ayer dejé en el buzón de Malibu... tengo suerte, consigo pasarlo por debajo de la puerta. Me quedo unos minutos más. Tal y como pasó en Forest Hills unos días antes, no quiero irme... pero tengo que hacerlo. Volveré antes de coger el avión de vuelta a Europa. Aún no quiero imaginar cómo serán esas despedidas de Forest Hills y de Hillside ese 21 de abril, pero ya veremos. A continuación nos dirigimos (mientras miro las casas en venta por esta zona que me gusta mucho - nunca se sabe, podría ganar la lotería) a la última ubicación Jacksoniana, una dirección que me dio un fan de los foros españoles de MJ que corresponde a la foto que se tomó para la portada del disco de los Jackson 5 “Moving Violation”. Me quedarán las estrellas del paseo de la fama y cosas así, pero hemos acordado hacerlos cuando volvamos a Los Ángeles, dentro de 3 o 4 días, porque mañana salimos para San Francisco. Así todo lo más “complicado” de Michael está hecho... ahora a disfrutar al 1000 por cien de todo (con el estrés del coche, que este si que no se va). En fin, allí hacemos fotos, y estamos dispuestos a irnos, cuando veo una tienda de antigüedades y cosas varias. Damos la vuelta a la calle para ir a aparcarnos. Hay un cartel que dice que se puede aparcar durante el día: perfecto, sólo serán cinco minutos. Mientras estamos en la tienda, comentamos que a lo mejor iremos a un cine-car (¡como en las pelis!), hay uno cerca, es muy barato y es muy americano. Además van desapareciendo, quedan tan solo unos cuatro en California, así que vamos a aprovechar. Salimos de la tienda, volvemos al coche, donde vemos que nos han dejado un “ticket”, o sea una multa, por aparcar donde no es debido. Vamos a ver, ¡si hemos comprobado que las horas correspondían!... si, eso si... lo que no hemos visto ha sido el cartel rojo encima que decía que estaba prohibido aparcar allí los martes... y es martes... En fin, vamos a pagar la multa, no está muy lejos el lugar donde se tiene que hacer, mientras mi compañero de viaje me dice: “pues ves, tu que querías hacer cosas como si vivieses aquí y no sólo fuese turista, pues ya has hecho una”. Otra cosa que ya he comentado anteriormente pero que se hace cada día más evidente: lo pobre está al lado mismo de lo rico, y lo más moderno (móviles, coches,...) se casa con lo más antiguo y nostálgico (tiendas, coches también...), y esta mezcla de antiguo-moderno hace que Los Ángeles resulté de lo más encantador.


6 de abril.
Hoy salimos para San Francisco, pero antes me conecto a internet un rato, no sé cuando volveré a tenerlo. Hoy también hace 1 año del concierto de Tokio Hotel en Madrid, 1 año del Danke, 1 año de esta mini-gira que nunca olvidaré en la vida. Estoy a casi 11000 kilómetros de Europa, de donde todo eso ocurrió, y os prometo que no puedo dejar de pensar en ello, en esos momentos de felicidad. Y mis TAs, mis amig@s, l@s que conocí gracias a TH, l@s que siempre están allí y que me hicieron una preciosa sorpresa antes de venir por aquí, no hacen nada para ayudar poniendo mensajes de aniversario en la red social :). Estoy feliz aquí porque estoy cumpliendo un sueño, mi sueño de hecho, pero no puedo dejar de tener el día un poco tontuno al recordar esos momentos. ¡ Os echo de menos chic@s ! Hacemos el check-out del hotel en el que estábamos y nos dirigimos hacia nuestro nuevo destino. Cruzamos montañas y montañas. Hemos decidido ir por la autopista y volver por la costa. Más montañas, y, de repente, llanura completa, y campos de mostaza, naranjos, citéreos, viñas,... y ganado... pobres vacas amontonadas las unas sobre las otras en un campo donde ni siquiera crece hierba... más tarde vemos vacas y ovejas en campos como dios manda, y más viñas, más naranjos,... hasta pasar un puente (no es el Golden Gate sino otro) y llegar a San Francisco. una pequeña de patatas fritas por favor” en español... la chica me mira, debe de pensar algo como “tu con tu color, imposible que hables el idioma de Cervantes” y me dice: “Sorry” ¬¬... lo repito en inglés, me cobra y me dice “Gracias”... no tengo ni la menor idea de lo que debió pasar por su cabeza. Llegamos al hostal, donde nos recibe Apu (en serio se parece)... cutre... muy cutre... menos mal, sólo serán dos días. El otro reto es encontrar donde aparcar. Tenemos unas direcciones de parking, pero cuando llegamos, no hay nadie... son parkings en solares rodeados de vallas, supuestamente hay que pagar para aparcar pero la cabina donde tendría que estar el empleado está cerrada. Al final, aparcamos en la calle del hostal. Mañana tenemos que sacar el coche a las 8h00... a ver donde encontramos donde aparcar. Por fin hay una cocina, con ollas, así que aprovechamos para cocinar la pasta que habíamos comprado en Sringfield, hace 11 días.
A medio camino, hemos parado en un fast-food y oigo que la chica habla en castellano a la persona que se encuentra delante de mí, en ese momento, me sale “


7 de abril.
(Hace 1 año de la firma de discos de TH en Lisboa). Después de aparcar el coche en un parking para estar tranquilos, nos dirigimos caminando hacia el centro, guía (que me regaló mi hermana y que es la bomba con los itinerarios que propone) en mano... ¡ a recorrer se ha dicho ! Sólo tenemos hoy, pues mañana nos vamos de nuevo para Los Ángeles, eso si, por la costa esta vez y aprovechando las últimas vistas que San Francisco tiene que ofrecer. La pregunta que uno tiene que hacerse aquí antes de salir es: ¿de verdad sirve de algo que me peine por la mañana?... porque es peor que en mi querida “Windy City” del principio del viaje... hace tanto viento que en cuanto abres la puerta, parece que acabes de levantarte de la cama de nuevo. En fin, da igual, ya me conocéis, como si a mí me importarán estas cosas. Así que al lío.
Primer itinerario: la guía calcula un día completo, pero claro, incluye la visita de algunos museos, así que lo recorremos en unas horas, después de perdernos y equivocarnos de sentido por momentos. En este camino, hemos podido subir en el ascensor exterior del hotel Westin Saint Francis para tener una vista global de la ciudad, pasar por el barrio chino y ver por ejemplo cómo se fabrican las galletas de la fortuna. Llegamos a esa pequeña calle en la cuál no me metería de no ser por la guía y vemos el número. Una señora nos “invita” a pasar (¡¡Com’in!!... ¡de tal forma que cualquiera se atreve a decirle que no ¬¬!) y nos invita a comer unas. Muy bueno porque la que cojo tiene adentro el papelito que dice “your short term goal will soon be realized”. Tengo muchas metas a corto plazo, pero una de las más importantes, la estoy realizando ahora de hecho. Seguimos callejeando según nos va guiando ese librito... estas no son calles, son desafíos para los músculos humanos, ¡en serio! Más de una vez tengo que pararme, sino mi corazón me saldrá por la boca. Iglesias, casas típicas de San Francisco, casas victorianas, Jackson Square ;)... un barrio que no fue destruido por el terremoto ni quemado por el posterior incendio de 1906, hasta llegar al Pier 39, de donde se ve el Golden Gate y Alcatraz. Allí hacemos fotos, vemos una nutria (o eso creo) jugando en el agua, recorremos las tiendas y entramos al... Hard Rock Café... donde me compro una cosita. El dependiente me pregunta si necesito algo más y se me ocurre preguntarle si tienen algo de Michael Jackson en el restaurante. Me espero un “no” por respuesta, como de costumbre (sé que tienen una chaqueta en Washington, unos zapatos en Madrid, algo en Los Ángeles que iré a ver y poco más), y ¡cuál es mi sorpresa cuando me confirma que tienen uno de sus sombreros! Está muy alto, en un rincón oscuro, pero igualmente estoy feliz tomando no sé cuantas fotos.
Después de ese instante me viene otro disgusto que prefiero olvidar, y seguimos el camino para empalmar con el segundo itinerario recomendado por la guía, o sea yéndonos por Fischerman’s Wharf, para volver, por otras calles, al punto de partida de esta mañana: Union Square. Mientras tanto también hemos tenido la oportunidad de visitar el museo del “Cable Car”, es decir del tranvía, y la catedral neogótica “Grace Cathedral” cuya puerta principal tiene las réplicas en bronce de las puertas de paraíso del baptisterio de Florencia de Ghiberti. Son las 4h00 de la tarde pasadas... llevamos ocho horas caminando sin casi parar, así que decidimos volver a Cutrilandia para comer un poco. A continuación vamos a ver el City Hall que queda cerca, dar una última vuelta e ir a descansar, aunque sea un rato... mañana nos esperan más de 6h00 de coche, después de intentar pasar por el Golden Gate.


8 de abril.
Son las nueve y algo, recogemos el coche para tomar el camino de la costa hacia L.A. (¡cómo suena eh!... me gusta) de nuevo. 19 miles después de estar conduciendo por la CA-1 para ver las olas del Pacífico romperse contra las rocas, llegamos a una barrera que nos indica que la carretera está cortada (seguimos a esta hora sin saber cuál es la razón... quizás obras... ¿quién sabe?...). Media vuelta para ir a coger, sin antes equivocarnos, la autopista 101, diferente de la que habíamos tomado para ir a San Francisco... mezcla de paisajes de montaña y mar, ya que por momentos, esta autopista también bordea la costa, hasta llegar a la zona de la cual me he enamorado: Ynez Valley. Recorremos esta vez otra parte de este parque natural, que sigue siendo igual de precioso. Hasta paramos a comer por allí, aunque no volvemos a Los Alamos ni a Los Olivos (ni a Neverland :( ), dada la lluvia que cae y la niebla que hay ya en las zonas bajas que hace que apenas se vea para conducir. Además, no tenemos todavía ningún sitio reservado para alojarnos en L.A... donde llegamos al caer la noche. Hemos averiguado algunas direcciones de hostales y acabamos en el Backpackers... muy bonito, desayuno y cena-buffet incluidos, piscina con agua caliente, y un dormitorio de 20 personas, donde hay de todo menos una pizca de intimidad... esto parece el ejercito... en fin, en principio, sólo estamos aquí para 4 noches... intentaremos disfrutar de lo que nos ofrece el hostal. Por suerte, hay agua caliente esta vez, la ducha no está mal y la gente parece estar bastante tranquila, aunque nunca se sabe...


9 de abril.
Efectivamente, nunca se sabe, menudos ronquidos me despiertan a eso de las 5h45. Imposible volver a dormir. Bueno, pues a aprovechar el día: si no puedo dormir, me levanto, me preparo y, después del desayuno, nos vamos para Hollywood Boulevard y su Walk Of Fame. Encontramos un parking donde podemos dejar el coche todo el día... vamos a aprovechar que hemos llegado temprano para tomar fotos de las estrellas.
Empezamos: Ed Sullivan. Sé que Michael Jackson tiene 2 y Michael Landon 1. Vamos avanzando, encontrando las estrellas, entre otras de Tony Curtis, John Travolta, Mickey Mouse... ¿dónde estarán “las mías”?... Seguimos, mirando sólo al suelo... de momento, no importa el resto... pasamos el Wax Museum, el teatro Kodak (donde se celebra anualmente la ceremonia de los Oscars), el Hard Rock Café. ¡Allí hay que entrar!... ¡y tanto! En la entrada, sombrero de Michael Jackson, así como una foto de su estrella llena de flores y velas ese fatídico 25 de junio de 2009. Compro unas cosas y aprovecho para hablar con el dependiente, preguntándole si hay más de Michael... pues si: el premio “Dangerous” justo encima de mi cabeza. Salimos y seguimos por el paseo, cabeza abajo... Chinese Theater y... por fin, aquí está, junto a un alguien disfrazado de Michael, en un sitio muy concurrido (aunque no se parezca mucho la verdad): ¡la estrella de Michael Jackson! Hay que hacer fotos :). A continuación, seguimos nuestro camino. Cruzamos ya que hay en la otra cera. Vemos las estrellas de Los Simpsons, Elvis Presley, The Beatles, Donald Duck, hasta hay una dedicada a la policía de Los Ángeles... No encuentro ni la de The Jacksons, ni la de Michael Landon... se hacen esperar... estamos casi al final... Finalmente, la de The Jacksons aparece :)... y dos o tres estrellas más adelante, la de Michael Landon, rota por las raíces de un árbol, pero aún así es igual de preciosa que las otras :).
Acabamos el recorrido y, después de comer, rehacemos el paseo, esta vez, cabeza arriba para ver por una parte las tiendas, museos,... y por otra, para evitar chocarme con la gente que anda por allí. ¡Y vaya lo que tienen que ofrecer la tiendas!... quieren arruinarme... ¡hasta hay una con objetos de colección de Michael!... ¿ya os lo imagináis verdad?... ¡pues si, he caído!... pero con unas cosas más preciosas las unas que las otras. Ya es hora de volver, y mientras vamos hacía el coche, las tiendas ante las cual paso no dejan de pasar “Thriller” y “P.Y.T”.


10 de abril.
Hoy toca Sunset Boulevard, ¡¡¡así que vamos allá!!!... cogemos de nuevo el coche, que aparcaremos por allí. Al final hemos encontrado el truco: hay parkings por $10 todo el día, y están vigilados, así que yo por lo menos me quedo más tranquila. Aparcamos (de hecho muy cerca de donde fui a hacer la misma foto que MJ hace muchos años para el anuncio de Suzuki) y bajamos a Sunset, donde nos encontramos con el famoso “Famer’s Market”. Resulta ser el típico mercado de pueblo o ciudad pequeña, con casi sólo comestibles y flores, colocado en las calles que se encuentran entre Hollywood Boulevard y Sunset Boulevard... en medio de la ciudad y de los centros turísticos, disfrutamos de un momento de América real, no iría hasta decir “profunda” ya que suele ser un término peyorativo, sino más bien auténtica, con gente que vive en el campo y del campo que viene a la ciudad, y gente de la ciudad que se acerca un poco, de alguna forma, al campo. Allí también encontramos una mezcla de lo más “clásico” con lo más moderno: gente que vende sus legumbres, hortalizas, frutas, flores,... y que lleva un teléfono móvil de última generación. Aprovechamos para comer allí y seguimos nuestro paseo por Sunset Boulevard.
Un poco más lejos, por fin vemos esas 9 letras tan famosas que aún no habíamos avisado: H.O.L.L.Y.W.O.O.D... es lo que tiene estar mirando al suelo para ver las estrellas :). Algunas fotos y seguimos por ese famoso boulevard, que encuentro un poco decepcionante puesto que hay muy pocas tiendas, la mayoría son moteles, fast-foods y restaurantes varios... nada tan interesante de hecho, así que decidimos volver a Hollywood Boulevard para entrar en un centro comercial del cuál se tiene otras perspectiva de la señal “Hollywood”. Nuevamente allí no puedo dejar de mirar el suelo, aunque ya las haya visto. No sé, me digo que ya estoy en la segunda quincena del viaje, y que me queda poco tiempo. Pienso que, a lo mejor, al ser domingo y al hacer tanto calor, quizás haya menos gente en Hollywood y pueda repetir la foto junto a la estrella de MJ, “a mis anchas”. Nos acercamos, hay aglomeración de gente, la cera está bloqueada y vigilada... ¿qué estará pasando?... además el acceso al centro comercial también está prohibido al público... que extraño... avanzamos un poco, y resulta que es la “première” de “Rio”, así que vienen estrellas de cine, como Jessica Alba. Desgraciadamente (para mi compañero de viaje, ya sabéis que a mí si vienen los niños vale, sino me da igual :)) ya han entrado y no vemos nada. Acabamos de recorrer Hollywood Boulevard y volvemos a Sunset, donde está el RockWalk con las firmas y las manos de algunos de los grandes. Este lugar alberga una tienda de guitarras... hay algunas, sip... Seguimos luego por Santa Mónica Boulevard, donde no hay mucho que ver por esa zona. Sin embargo, hemos caminado mucho... parece que no, pero son muchos kilómetros, así que volvemos al hostal. Tomamos algo al lado de la piscina (pero en la sombra porque de nuevo me he quemado), cuando se acerca alguien a mí y que me pregunta si puede tomar una foto de mi tatuaje de Michael :). Un poco más tarde, decido aprovechar que hay una lavandería... y allí va el momento rubio clásico de Karo: lavadora... ok, todo perfecto; secadora: pongo las monedas, se pone una luz verde en marcha. Una hora más tarde voy a recoger la ropa, que sigue estando mojada... y es que no he pulsado el botón que pone en grande “push to start”... o sea que son las 22h25 y estoy modificando un poco la crónica de hoy, esperando mientras tanto que se seque mi ropa...


11 de abril.
Hoy vamos a Universal Studios. Tenemos las entradas ya impresas y llegamos rápido. En cuánto aparcamos el coche, nos dirigimos hacia el Studio Tour. Subimos a un autobús que nos lleva a los espacios “construidos” donde se graban escenas de películas y series. Atravesamos la típica calle de los westerns, vemos las casas de las “Desperate Housewives”, nos adentramos en el lago de “Tiburón”, así como en la selva (en 3 D) donde King Kong venció a dinosaurios, vemos los restos del 747 después del accidente; Kitt, el coche de Michael Knight, así como los de “Fast and Furious”, sin olvidar el “stage 50”, situado en un almacén, donde se rodó una escena de la serie “Bones” en la que hay un terremoto mientras el psicólogo de la serie está en el metro. Son 45 minutos que nos enseñan el revés del decorado y todo lo que se mueve en su alrededor... pura ilusión que dan más ganas de estar detrás que delante de las cámaras. Después de este recorrido que me deja boquiabierta (algunas cosas las sabía pero me han sorprendido otras), vamos a ver la exposición de trajes, decorados, fotos de películas. A continuación, vamos a probar la nueva atracción del parque: “The new Simpsons ride”. Estaba un poco escéptica al entrar en este sitio, pero la verdad es que vale la pena. Después de una espera de sólo 15 minutos (tenemos suerte, hay poca gente hoy en el parque), entramos en un cochecito, las luces se apagan y experimentamos una aventura en 3 dimensiones que nos lleva en el universo de Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggy, con efectos de los mejores que haya visto hasta ahora, hasta aterrizar en el salón de su casa. Salimos, miramos el programa para ver a qué hora son los próximos shows... faltan 10 minutos y empieza la demostración de “Animal Actors”, con no sólo perros, gatos y monos, sino también con un ara que planea sin moverse sobre un ventilador, otro pájaro que coge y devuelve dinero, un cerdo (Babe) que hace de las suyas, y muchos otros trucos de animales, como bien lo especifican, en su mayoría recogidos de refugios. Salimos. El espectáculo de los efectos especiales está a la vuelta y a punto de empezar, así que entramos en el teatro. Allí vemos algunos trucos como, por ejemplo, cuando se graba a un astronauta (sin gravedad), cuando se filma a alguien en lo más alto de un edificio: está en el borde y no se cae (“Spring Nicht”)... pues, es normal porque de hecho no está en el borde; se graba en medio de un mercadillo o de una calle llena de gente: en realidad los actores están en un sitio vacío. Todo ilusión. El parque es pequeño, no queda mucho por hacer pero también cierra a las 18h00, así que hay que aprovechar el tiempo. Rápidamente nos dirigimos hacia “Shrek” en 4 dimensiones... salí bastante decepcionada de allí... nada que no haya hecho con anterioridad; luego la “House of Horrors”... que podría haberme asustado de no haber tenido delante de mí a un grupo de chicos que gritaba por todo y nada, al final ningún efecto sorpresa... más bien me reía de ellos. Y por fin, el espectáculo que uno no puede perderse: “Waterworld”, basado en la película. Todo está calculado al medio milímetro: efectos pirotécnicos, agua, hasta una avioneta que aterriza a medio metro de mí, y con actores que participaron en series como 24,... Un día en el que he aprendido mucho sobre cine, y sobre todo, sobre efectos especiales. Lo único malo: perdí mi chapita de Michael con lo de sacar y poner la cámara en su funda.


12 de abril.
Hoy abandonamos el hostal, nuestro “home” durante cuatro noches y al cual ya me había acostumbrado finalmente. Con todo el tiempo del mundo, hacemos el check-out sobre las 12h00 del mediodía. Sólo llegaremos a esto de las 5h00 de la tarde a la casa donde está previsto que durmamos, así que aprovecho que tenemos tiempo para acercarme a una tienda de “arts and crafts” donde hay realmente de todo. Es un almacén gigante, parece casi un supermercado, con filas y filas de pegatinas de todo tipo, perlas, pinturas, flores, papeles, cintas,... y tantas otras cosas de artes creativas. A continuación, nos dirigimos hacia la casa. Está en el norte de Los Ángeles County, es hora punta así que tardamos un buen rato. Al llegar, la señora, muy acogedora, nos enseña nuestras habitaciones y empieza a llamar a la gente que conoce para quedar con ellos: quiere presentárnoslos... y empezamos a hablar de lo que nos falta por hacer y empezamos a planificar los pocos días que nos quedan por aquí. Finalmente nos invita a comer.


13 de abril.
Hoy vamos a Warner Bros Studios. Después de un buen desayuno, salimos pronto y llegamos delante de la entrada principal de nuestro destino. Sin embargo, los visitantes no pueden entrar por allí. Después de dar unas diez vueltas a la manzana para encontrar nuestra entrada, llegamos finalmente donde toca. Empezamos el tour con la visualización de un corto metraje que resume los éxitos de Warner, de Bugs Bunny o el Coyote a las series “Friends” o “Gossip Girl”, pasando por películas cultas como “Casablanca” o más recientemente la saga “Harry Potter”. A continuación, conocemos a Don, será nuestro guía en este tour en el que entramos en un museo que es la envidia de cualquier fan de cine, reagrupando trajes llevados por John Wayne, Leonardo Di Caprio y Matt Daemon entre otros, una carta manuscrita de Bruce Lee al director de Warner, sin olvidar zapatos, accesorios varios y Oscars ganados. Al contrario de Universal hace dos días, tenemos con Warner la gran suerte de poder bajar del coche y entrar en alguna de las casas donde escenas de “Friends”, “Crush”, “Pequeñas Mentirosas”,... se han rodado. Vemos los decorados y Don nos explica muy bien los procesos de rodaje. También tenemos la suerte de poder ver coches como por ejemplo la famosa Batmóbil. Entramos en alguno de los almacenes que alberga el set completo de “Crush”, y aunque “Friends” se haya acabado, debido al éxito que tuvo, han conservado los accesorios, ubicados como en la serie, y así pues tenemos la suerte de poder tomar una foto en el mismo sofá en el que Ross, Joey, Mónica,... se sentaron en el bar. Son aproximadamente dos horas de tour que nos acercan mucho más a las películas y a las series, de una forma más humana. Universal en cambio pone mucho más el acento en los efectos especiales, los animales,... pero no se llega realmente a ver o a imaginar todo el proceso creativo. En Warner, ves como un decorado de calle pasa a ser del lejano oeste a Suiza por ejemplo, sólo cambiando unas cosas. De alguna forma, me siento mucho más parte de este mundo de ilusión y actuación. ¡Hasta nos cruzamos con el protagonista del “Mentalista”! Pero aquí no acaba el día, ¡no!... lo que no os dije es que yendo a Universal, nos entregaron pases para poder asistir a la grabación de “Tonight Show de Jay Leno” de la NBC (es una especie de show estilo “Buenafuente”). Además, tenemos suerte porque el estudio en el que se graba la emisión está a dos calles de los estudios Warner... así que nos acercamos a NBC Studios. Hay mucha gente: ¿podremos pasar?... tenemos pases pero en estas cosas nunca se sabe. Hacemos cola, y por fin pasamos. Nos sentamos y allí, durante poco más de media hora, nos explican que hay que aplaudir cuando la luz pone “Applause” y este tipo de cosas. De hecho, nos convertimos en actores ya que hay que reír aunque no te hayas enterado, hay que aplaudir aunque no te gusté... bueno, este tipo de cosas que no me gustan demasiado puesto que no dejan realmente lugar a la espontaneidad ni a la honestidad de la gente. En fin, me lo paso bien puesto que es mi primera emisión de televisión, ¡en Los Ángeles además!... y que lo que me interesa es descubrir un poco este mundo, ver lo que es real de lo que no lo es,... Al final del show, tienen que repetir alguna toma por problemas técnicos... como en el cine de hecho. Por cierto, los invitados son Diane Lane y Chris Jericho, y la actuación final es de la Británica debutante Jessie J. Con todo esto ya son las 6h00 de la tarde y hemos quedado con Gigi (la señora en la casa de quien vivo) para ir a cenar... a un italiano!!


14 de abril.
Mientras mi compañero de viaje se va a hacer dos tours de studios más, yo ya he visto bastante de momento con Universal y Warner... de hecho lo que me gustaría sería poder ir a un estudio de música pero resulta imposible de momento, aprovecho el día para ir de compras. Así que el 14 de abril se ha convertido en mi “shopping day”. No tengo coche ya que Philippe se lo ha llevado, así que Gigi también aprovecha para acompañarme y convertir este día en “shopping day” para ella. Sólo nos falta el descapotable para estar como en las pelís... bueno, tampoco está mal... llevamos un Jaguar. Vamos a ver si es verdad pues todo lo que se dice en Europa sobre lo barata que es la ropa, porque hasta ahora no he comprobado lo mismo, sobre todo en las tiendas de souvenirs... Nos acercamos a un centro comercial y vamos a dar una vuelta... pues ya os puedo decir que es verdad todo lo que dicen, no hace ni falta ir a un outlet a no sé cuántos miles más allá si aquí ya las cosas están tiradas de precios, e incluso ropa “made in USA”. Además, Gigi tiene una tarjeta cliente que le otorga un 20 % adicional... ¿que más se puede pedir? A continuación volvemos a casa, conozco a parte de su familia que ha venido a visitarla, todos muy acogedores y así me voy integrando poco a poco en la cultura del país, incluso de la ciudad donde quiero vivir. Por la noche viene a buscarme un sobrino de Gigi para hacerme conocer L.A. de noche... Me presenta a algunos amigos suyos, una mezcla asiática con Japoneses, Chinos y Coreanos, así que salimos por Koreatown y descubro que los típicos bares asiáticos que solemos ver en la películas existen de verdad. Pruebo comida y bebida japonesa y coreana. No me siento en Estados Unidos, tengo la impresión de que estoy en Asia realmente. Allí también destaco un poco por ser la única occidental, pero la gente es muy amable y me hacen sentir realmente parte del grupo. Ya son las 4h00 de la mañana así que me quedo a dormir en la casa del sobrino de Gigi, que me lleva en la mañana siguiente a casa.


15 de abril.
Llego a casa de Gigi a las 12h00. Mi compañero de viaje se ha ido, con el coche, ni idea de adonde. Me ducho, me cambio y como algo rápido. Solo he dormido dos horas pero no siento sueño. Voy a tomar este día haciendo cosas tranquilamente. Hace sol... ¿qué puedo hacer?... sin embargo el agua de la piscina está muy fría y no sé como encender el calentador. Gigi también se ha dormido muy tarde así que está haciendo una siesta... pensemos.... ya sé... ¡como en las pelís! Me echo protección solar, cojo el ordenador, me siento en la terraza, al borde de la piscina y empiezo, más bien sigo, escribiendo. Sobre las 5h00 llega mi compañero de viaje y Gigi se despierta. Comemos algo juntos y Gigi recuerda a Philippe que hay una tienda de camisetas a la cual quería ir bastante cerca de la casa. Al parecer, cierra a las 7h00. Por una vez encontramos el local rápido, son las 6h15: ¡uf! llegamos a tiempo... pues nop.... de hecho, la tienda cierra a las 6h00. No pasa nada, ya volveremos. Hay una cosa que habíamos previsto hacer y que aún no hemos llevado a cabo... quizás esta noche entonces, estaría bien: los “Driving Movies”. Hay un cine-parking a media hora de casa.
Además es barato: con $7 ves dos películas actuales. Nos dirigimos entonces hacia allí y entramos. A Philippe y a mí no nos gusta el mismo tipo de película, pero esta vez a mí no me importa, sólo quiero disfrutar de esta experiencia típicamente norte-americana, así que él elige dos comedias. Cosa en la que no había pensado, el parking está hecho de montecitos, para que esté donde esté el coche se vea bien. Aparcamos en un buen lugar, frente a la inmensa pantalla, ponemos la frecuencia adecuada en la radio, y empieza la primera película: “Arthur”, una comedia romántica cuyo final se sabe antes siquiera de qué empiece la proyección, pero como lo he dicho anteriormente, no me importa. Además, con esta pelí, me río mucho... no está mal al fin y al cabo. Llegan los créditos de “Arthur”, cinco minutos de espera y empieza la segunda “Your Highness”, otra comedia ya no romántica sino de las más tontas en mi opinión, tanto que a media proyección me quedo dormida. Philippe me despierta al acabar la película, son las 11h30 de la noche así que volvemos a casa, sin antes coger el camino equivocado... nos queda una semana, ¿por qué cambiar las costumbres?... ¡sigamos yendo en dirección contraria :)! Es que además la mayoría de las calles y carreteras en L.A. son completamente contrarias a cualquier tipo de lógica. Tengo bastante sentido de la orientación, en Chicago y luego en la ruta, la cosa fue bastante bien, pero California, y sobre todo Los Ángeles es realmente diferente.


16 de abril.
Empieza nuestro último fin de semana en América. Sé que he hecho y he visto muchas cosas, pero no puedo creerme que haya pasado tan rápido. Además cada día lo tengo más claro... ¡quiero vivir aquí!... he tenido también mucho tiempo para pensar, y de hecho, al llegar aquí temía estar decepcionada viendo que las cosas no son como lo que se ve en la tele, pero no es así. Estados Unidos y L.A. también tienen sus lados malos, como en todas partes, no digo que no... pero en la báscula, viendo la realidad, pesan mucho más las cosas buenas. El estereotipo del Americano viene de algo, ¡si! y me he encontrado gente que realmente encaja en esta representación que nos hacemos en Europa, pero con muy poca gente la verdad. Tan importante es la mezcla de culturas y de gente que uno puede encontrarse con gente tan opuesta como igual a él. En fin, basta de pensar, vamos a disfrutar de este último fin de semana. Me levanto y me encuentro con cinco de los nietos de Gigi, todas chicas. Desayunamos juntos y empiezo a jugar con ellas. Me hacen decenas de preguntas, las cuales entiendo perfectamente (esto me alegra mucho porque a veces me cuesta entender a un niño de 2 años hablándome francés o español). Son las 11h00... aprovechamos que haga sol y calor (de hecho, al parecer hace mucho calor para esta época aquí) y nos vamos a Santa Monica Beach. Aunque hayamos estado en Leo Carrillo y Malibu, aún no hemos estado realmente en la playa, sólo la hemos pisado. En esta playa se rodó “Baywatch” y si, todo es igual, las casetas de los guarda costas (aunque no esté David Hasselhoff), su uniforme, el kilómetro de playa de arena fina antes de llegar al agua, la pista donde van bicicletas y gente en patines,... ¡hasta la típica persona que anda por allí con un detector de metal! Y también están los vendedores ambulantes gritando “taco taco” o “umbrellas” o “pineapple, mango, watermelon and coco”,... Nos echamos en la arena caliente y me pongo protección solar, sombrero,... bueno, solo me falta ir como Bill hace unos años en Las Maldivas. De repente, veo que mucha gente está corriendo con cámaras a un lado de la playa... ¿quién estará allí? Presto atención y oigo que se trata de Koby Briant (o como se escriba), el compañero de Pau Gasol en los Lakers. Fuesen los niños, hubiese corrido kilómetros, pero sinceramente, él está bastante lejos y el sol me ha adormecido. This Week”, una representación de una hora sobre temas de actualidad, con una de las protagonistas de “Star Trek” como actriz. Llegamos a tiempo. Realmente, el show empieza a las 20h00 pero en el billete está puesto que hay que llegar con una hora de antelación. Entramos y allí nos colocan en una sala con vistas a Hollywood Boulevard, de donde vemos el sol ponerse, y nos traen bebidas energéticas y vino. ¡Qué bien! ¡si todavía no había probado el vino de California!, cosa que quería hacer, y comprar una botella para “probar” no entra realmente en mis planes. ¡Aprovechemos la oportunidad!... hay cuatro diferentes: dos tintos y dos blancos. Sólo voy a probar uno de cada. Aunque el “Chardonnay” (blanco) me decepciona mucho (encuentro que tiene sabor a pescado), el “Cabernet Sauvignon” (tinto) es realmente bueno y con muchos aromas. Después de unos treinta minutos en plan V.I.P., entramos en la sala de teatro, pequeña, y empieza la actuación. Me río mucho, los actores son muy buenos la verdad e ironizan de una forma muy buena y con respeto los temas de actualidad, tanto políticos como de la prensa rosa, así como unas escenas ambientadas “Star Trek” y un final de los más inesperados con la aparición de uno de los actores con el disfraz del capitán. Después de una hora, recuperamos el coche y regresamos a casa. Ha sido un día tranquilo pero el sol y las quemaduras hacen que me sienta bastante cansada.
Como sé que veo menos que un gato de yeso, he optado por escuchar, a ver si oigo algo en alemán... pero desgraciadamente, excepto en Universal Studios donde coincidimos con otros turistas, llevo semanas sin oír una palabra en la lengua de Goethe. Bueno, son las 3h00 de la tarde, llevo ya 2 horas en la playa y a pesar de la protección, me he quemado... pues si, ¡y eso que me he puesto! También hay que decir que nunca sabes realmente que protección estás comprando, pues aquí no hay realmente normas a este nivel y cada casa pone el índice de protección que quiere: yo me he comprado la más fuerte (110) pero claro, al no conocer las marcas, no sé lo que realmente he comprado. Así que si, estoy quemada, a trozos de hecho, porque en algunos sitios, si que la protección hizo su trabajo y me protegió. Tengo círculos y líneas blancas en medio de la quemadura ¬¬... vamos, una preciosidad ¬¬. En fin, sé que no voy a aguantar mucho más así que dejo a mi compañero sólo en la playa y me voy a recorrer un poco Santa Monica, donde encuentro por casualidad otra cosita de Michael, y gafas de sol que he probado, comprado y cambiado por otras al darme cuenta, media hora después que no son exactamente las que quería... esta soy yo, hasta con gafas no veo :). Con Philippe nos hemos citado a las 5h00 de la tarde, según yo en el hall del parking, según él en el coche... en fin, después de 10 minutos de espera en el hall, bajo por si acaso, y si, allí está, en el coche. Y es que no podemos tardar demasiado, tenemos billetes para estar a las 7h00 en un teatro de Hollywood Boulevard, para ver “


17 de abril.
Hoy es un día relax... muy relax... Yes, porque hay que intentar aliviar estas quemaduras. Además, me escondo del sol y parece que me están saliendo de dentro ya. Hoy he visto otras en los tobillos que no tenía ayer ¬¬. En fin, ya ni intento entender. Así que esta mañana, después de acompañar a Gigi por allí, voy a comprar Aloe Vera y la comida del mediodía. Luego con Philippe salimos un rato a comprar camisetas y de vuelta a casa, me escondo del sol mirando “Waterworld”, esta vez la película cuyo show he visto en Universal Studios, hasta que cae la noche y salgo a dar una vuelta por el barrio junto con Gigi. Un día de los más tranquilos... preparándonos para mañana, pasado mañana y miércoles que se anuncian de los más movidos.


18 de abril.
Hay que exprimir el poco tiempo que me queda. Hoy, en principio, nuestra última vez en este viaje en Hollywood Boulevard. Salimos, aparcamos por Sunset y vamos directo al Kodak Theatre. Compramos la entrada... el tour no empieza hasta las 14h00... perfecto, así tenemos tiempo de acercarnos al Chinese Theatre para reservar también nuestra visita allí.
No hace falta, así que, después de tomar otra foto junto a la estrella de Michael Jackson que está allí mismo, (inaugurada el 10 de noviembre de 1984), volvemos al Kodak y esperamos un poco. Por fin, entramos... por la misma puerta por la cual entran los actores, directores, productores,... para la ceremonia de la entrega de los Academia Awards Of Merit , comúnmente llamados “Oscar” desde hace algún tiempo. Y vemos a esta famosa estatuilla que pesa unos cuatro kilogramos. También conocemos un poco más sobre la arquitectura y la historia del teatro y del cinema, todo en medio de inmensas fotos en blanco y negro, que retratan los momentos más destacados de todas las ediciones pasadas. Sabemos un poco más sobre lo que pasa cada año después de la ceremonia: el Bal del Gobernador, en la quinta planta del edificio, en una sala inmensa especialmente adornada bajo un tema, cada año diferente. Entramos y nos sentamos en las butacas ocupadas por los productores durante la ceremonia, en la tercera grada, mientras observamos como trabajan en la planta baja para tener todo a punto para el estreno de “Iris”, el nuevo espectáculo del Cirque du Soleil, en julio, y eso durante diez años, once meses al año. La visita dura unos 40 minutos, y al no poder tomar fotos, antes de salir nos regalan una postal de la famosa sala que parece más grande en la televisión y que vemos cada año a través de nuestra pequeña pantalla. Pero la guía nos da una pista... se ve que cada año se sortean entradas para el público, en septiembre... tengo una cita con internet a final de verano pues (aunque no necesite razón para volver a esta ciudad). Salimos y después de ir a comprobar como se ve el signo “Hollywood” desde la cuarta planta del centro comercial contiguo, nos dirigimos al Chinese Theatre.
El exterior ya es toda una preciosidad, llena de historia, con las huellas de manos y pies de Will Smith, Johnny Depp, Marilyn Monroe, John Wayne y otros tantos. Pero el interior es absolutamente increíble, con sus alfombras, estatuas, pinturas murales, parece que estemos en otro mundo. Además, aquí también podemos ver numerosas fotografías de gente que ha venido para sus premières, como Sofia Loren, Steven Spielberg, Sean Connery,... Pero desgraciadamente, nuestra guía, que vive su trabajo y transmite su pasión por el cinema con una increíble facilidad, nos informa de que hacemos parte de los últimos afortunados que pueden visitar este teatro: el 20 de mayo cerrará sus puertas al público (tal y como está) ya que ha sido comprado por un particular y no se tiene ni la menor idea de lo que ocurrirá. Todos los empleados ya han recibido su carta de despido. Una verdadera lástima, este lugar tendría que ser declarado patrimonio. La sala de las proyecciones, la primera, la original es absolutamente impresionante, y las butacas muy confortables. Pues resulta que aún hay alguna que otra representación. No tenemos nada previsto el miércoles por la noche, así que seguramente volvamos nuevamente por Hollywood Boulevard para hacer parte de los últimos también que verán una película en este lugar, y de alguna forma, ser un granillo de arena en la historia de este teatro. Después de hablar un rato con la guía, que nos regala un llavero, salimos del Chinese Theatre y convertimos las tres horas por venir en el “souvenir shopping moment”... que me hace regresar a la tienda en la cual venden tantas cosas de MJ... allí lo dejo, porque ya os imagináis lo que sigue. Después de ir a cenar, regresamos a casa. Gigi aún no ha llegado, así que empezamos a hablar en el coche, y a recordar nuestros momentos más divertidos, nuestras equivocaciones en la ruta, y todo lo que ocurrió también en España cuando Philippe vino el año pasado.


19 de abril.
Son las 6h20 y ya estoy despierta. No pasa nada, hoy se anuncia un largo día. Me prometí a mi misma, el 2 de abril, volver a Forest Lawn e Hillside antes de regresar a Europa. Y hoy toca Forest Lawn. Así que a las 8h30, salimos de casa, paso a comprar flores y nos vamos allí, donde llegamos un poco antes de las 10h00.
Bajo del coche, deposito las flores en la Holly Terrace, junto con las otras que ya están allí, y las arreglo poniendo la tarjeta y un corazón de nácar que había preparado anteriormente. Me siento y pienso, pienso mucho... Aunque hayan pasado meses desde el 25 de junio de 2009, ya he venido a este sitio hace poco más de dos semanas, pero sin embargo, una vez más, no puedo controlar mis emociones, cosa extraña en mí, tan orgullosa a veces. Me resisto a ir... sé que volveré, pero ¿cuánto tiempo tardaré? Seguramente el año que viene, este es mi plan, pero de momento sólo es un proyecto. Quiero estar aquí, o bueno, en la zona de Los Ángeles, para no tener que hacerme esta pregunta, para poder venir aquí cuando me apetezca, a poner flores, cartas, imágenes, o simplemente a pensar. Son las 10h30, y aún tenemos que hacer bastantes cosas. Tengo que irme. Me levanto y bajo los cuatro o cinco escalones, contorno el edificio acariciando las paredes dentro de las cuales se encuentra él. Subo al coche, miro mientras pasamos delante de Holly Terrace, me doy la vuelta para seguir viéndola hasta que desaparece mientras bajamos una colina. Volvemos a casa. Allí nos espera Gigi y nos invita a probar la comida filipina, algo diferente de lo que estamos acostumbrados a comer en los restaurantes chinos o asiáticos en general. A continuación, regresamos a casa para prepararnos para esta tarde - noche. En efecto, tenemos la gran suerte de que Gigi conoce a mucha gente, y hemos conseguido una sala V.I.P. en el Staples Center para ver el partido de hockey hielo: los Kings de Los Ángeles contra los Sharks de San José. Pero antes, aunque aparquemos ya en el parking del Staples, nos vamos al Grammy Museum, donde cada paso que doy es una sorpresa añadida: no sé cuántas canciones manuscritas de John Lennon, entre ellas “Instant Karma”, pantallas táctiles para ir escuchando la música o la explicación deseada, juegos interactivos donde uno escribe su canción y compone su música, trajes, guitarras, baterías, bajos, y un montón de cosas más. Bajo a la siguiente planta para seguir la visita... y allí están, unos trajes de Elvis Presley, Neil Diamond, Madonna, Barbara Streisand, Kanye West,... y claro está, Michael Jackson: un traje gris brillante que llevó durante uno de sus tours, y dos chaquetas: una roja estilo militar de principios de los 80, y la chaqueta negra que llevó durante la puesta de su estrella en Hollywood Blvd, en noviembre de 1984. Quiero tocarlas, pero desgraciadamente, un cristal se interpone entre mi mano y esos tesoros. La lástima es que ni una triste foto puedo hacer, ni siquiera las venden. Bueno, una razón para volver: ¡ ver todo esto de nuevo !... como volver al Hard Rock Café de Universal City: ¿os podéis creer que no he visto el disco de platino de “Thriller” expuesto allí?... ¡es para darme a mi misma! Salimos del museo de los Grammys y entramos en el Staples Center... por la entrada V.I.P.... allí mismo donde él entraba para ir a ensayar para “This is it”. Miramos las fotos expuestas de la gente que ha actuado allí... él no está, claro, ya que nunca llegó a actuar, sin embargo su hermana si aparece. Entramos en nuestra sala particular, donde hay comida (demasiada comida). La vista hacia la pista de hielo es perfecta, vamos a poder disfrutar de lo lindo de este partido... bueno, unos más que otros, porque no puedo dejar de pensar que él estuvo allí mismo en un escenario... miro la pista allí abajo, y le veo a él. Pasa ante mis ojos la película “This is it” que tengo en casa. Varias veces intento concentrarme sobre el partido, y lo consigo, pero esta concentración se va siempre a los pocos minutos.
Sin embargo, puedo comentar algunas cosas sobre la lucha, porque si, no es un partido sino una lucha por la victoria: se pegan sin parar, se tiran contra las mamparas... bueno, como en las pelís, o peor de hecho. Y la afición: es algo que nunca he visto, ni siquiera por el fútbol europeo. Viven los partidos a tope, y cada uno, al pasar en pantalla, se convierte en un showman increíble. Y la ventaja de estar en la parte V.I.P. es que ves también a actores, como por ejemplo Carlton del “Principe de Bel-Air”. Pero yo sigo en mi nube, imaginándome que estoy viéndole. Por cierto, al final, después de prolongaciones, ganaron los Sharks.


20 de abril.
Hoy tenemos que levantarnos temprano, otro show de televisión nos espera. Esta vez se trata de un juego: “The price is right”. Sin embargo, la alarma de Philippe no suena (o no la ha oído), y, será cosa del destino, por una vez me despierto después de las 6h30. Se supone que tendríamos que haber salido como muy tarde a las 6h30 para poder llegar allí a tiempo. Sin embargo nos despertamos a las 7h15. En fin, igualmente lo intentaremos. Tráfico y más tráfico, atascos, intentamos acortar yendo por la ciudad. Bueno, no está mal, llegamos unos 15 minutos tarde, y la última vez no hicieron problemas a las personas que llegaban con retraso. Pues se ve que en CBS no se trabaja como en NBC, porque no nos permiten entrar. Después de intentar explicarnos en vano, nos vamos a desayunar. Esta vez no será. En fin, con el estomago lleno, decidimos acercarnos al Chinese Theatre antes de lo previsto ya que Philippe recuerda haber visto sesiones sobre las 12h00. Así que después de aparcar por allí, nos dirigimos a comprar las entradas.
Veremos “Paul”, la historia de un extraterrestre. Se trata de una comedia que, personalmente, me ha gustado mucho... Paul se hace querer la verdad. La sesión no empieza hasta las 12h30, estamos en Hollywood Boulevard, la estrella de Michael no está lejos así que vuelvo a pasar por allí. También vamos a ver si compramos unos últimos souvenirs. Entramos en una tienda y como nos hemos acostumbrados, Philippe y yo nos separamos, cada uno va hacia lo que le interesa... cuando empieza a sonar “Thriller”... imaginaos a Philippe buscándome por todas partes mientras algún que otro gesto de la coreografía hago sin apenas darme cuenta. Acabamos rápidamente con las compras y regresamos al teatro, donde entramos y nos instalamos en las filas que la guía nos recomendó durante el tour. Efectivamente, la pantalla se ve extraordinariamente bien. Otras cuatro personas entran a continuación y empiezan los anuncios, seguidos de la película, con una acústica impresionante, mucho mejor que en la mayoría de los cines modernos. Disfrutamos de la pelí, y al acabar, nos invade un sentimiento de impotencia: ¿qué harán con este teatro? ¡No pueden destruirlo! Esta sala, que ha visto tantas premières, tantos actores y actrices pasar, tiene que seguir estando allí. ¡No se puede reducir a cenizas un verdadero monumento histórico, en lo que a cine se refiere!... Seguiremos las noticias para comprobar que dicen sobre ello. Nos vamos finalmente, mirando Hollywood Boulevard por todos lados, y volvemos un rato a Sunset Boulevard donde una tienda inmensa de discos y DVDs nos tiene enganchados. Algunas rarezas más para la saca, y volvemos a casa, pues Philippe se va mañana y tiene que hacer la maleta... yo también de hecho la empezaré, porque ya no sé ni como va a entrar todo lo que llevo.


21 de abril.
Hoy empezamos realmente a sentir el final de este viaje rozando nuestra piel, sobre todo Philippe, pues coge el avión esta tarde. Desayunamos pancakes con toda la tranquilidad del mundo. Sobre las 12h00 del mediodía, salimos de casa, después de hacer un tetris para que todo pueda entrar en su maleta. De hecho, yo también he empezado la mía y estoy en un problema parecido, aunque a diferencia de él, todo cabe en la mía... puede que haya sobrepeso, pero todo cabe. Primera parada: la compañía de alquiler de coche para devolver el nuestro. Devolución rapidísima y sin problema alguno. ¡Uf! una cosa menos. Subimos las maletas de Philippe en el coche de Gigi y nos vamos al aeropuerto, unos miles más allá, a dejarle.
Despedida,...
A continuación, Gigi y yo nos dirigimos hacia Hillside Memorial Park, pues tengo que volver a la tumba de Michael Landon antes de irme, y el cementerio está muy cerca de donde estamos. De la misma manera que para Michael Jackson, dejo las mismas flores junto con una nota y algo más, contenta de haberlo finalmente conseguido. Además, han tenido el detalle de poner la carta que había dejado en mi anterior visita en un rincón del habitáculo. Aquí también las emociones pueden conmigo. Me resisto a ir aunque espero poder volver el año que viene. Me agarro a la barandilla de la puerta una última vez, y me doy la vuelta mientras me alejo de este lugar que tanto he buscado. Ya son las 3h00 de la tarde pasadas. Nos dirigimos hacia casa en medio de los atascos, como siempre claro está (¡no sé yo, que sean las 3 de la mañana o las 5 de la tarde, siempre hay atascos aquí!). Una vez cerca, nos vamos a comer, última vuelta por las tiendas del barrio, y de vuelta a casa para acabar de empaquetar mis cosas. Mañana hay que levantarse temprano, mi vuelo es por la mañana.


22 de abril.
No son ni las cinco de la mañana y ya estoy despierta. Me quedo un ratito más en la cama, me levanto, me preparo y acabo de cerrar la maleta. Ya está, ponemos las maletas en el coche y salimos en dirección a LAX. Última mirada a los alrededores de Los Ángeles Sobre las 7h30, llego a mi destino. Mi vuelo no sale hasta las 11h00, pero mejor estar allí con antelación. Dejo la maleta (evidentemente, llevo 4 kilos demás así que tengo que pagar un sobrecargo, podría haber sacado peso pero mi equipaje de mano pesa ya tanto que temo no poder cargar, y menos ponerlo en los compartimentos de arriba una vez en el avión). Paso los controles de seguridad sin problema - ya entiendo porque aquí te dicen que llegues con no 2 sino 3 horas de antelación - y me dirijo hacia mi sala de embarque, donde, después de tomar un café, me preparo para la espera, el vuelo hasta Nueva York, el trasbordo, el siguiente vuelo y la llegada a Barcelona. Después de conocer a una niña (y su madre) que vive en Nueva York, embarco finalmente. El vuelo pasa sin incidentes, hasta aterrizar en Nueva York, con unos 50 minutos de antelación, lo que me viene muy bien, pues en principio tenía menos de una hora para hacer el cambio y aunque haya trasbordado allí en el vuelo de ida, el aeropuerto es inmenso. Al final, llego a la nueva puerta de embarque bastante rápido. La verdad es que todo está muy bien indicado aquí (mejor que en L.A. de hecho). El vuelo de Nueva York a Barcelona también transcurre sin incidentes, tan sólo unas cuantas turbulencias.

Aterrizo, ya es 23 de abril.
Recupero la maleta, cojo un taxi y llego a casa, donde la abro... perfecto, nada está roto. Y aquí se acaba la aventura... de momento....


He visto y vivido muchas cosas, conocido a mucha gente, también parte de un sueño se ha cumplido, y definitivamente he podido darme cuenta de lo que quiero para mí, aunque quizás no consiga alcanzarlo. Gracias por haberme leído y comentar.

¡Nos vemos en la próxima aventura!


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