lunes, 28 de septiembre de 2020

Cuando la humanidad solo piensa en su futuro a corto plazo

Foto de "La Vanguardia"
¿Recuerdan que al final de este artículo les hablaba de los efectos que tuvo y tiene la pandemia de Covid-19 por el mundo? 

Si la pandemia y la consecuente cuarentena seguida en cada uno de los países han tenido efectos a nivel individual, también lo han tenido a nivel medioambiental. 

No quiero entrar demasiado hondo en el tema individual sino que solo preguntaré si es justificable priorizar la salud física sobre la salud mental, pues aunque apenas se haya tocado el tema en los medios de comunicación, el número de enfermos por depresión y ansiedad, y el de suicidios ha aumentado, en algunos lugares incluso igualando los fallecimientos por Covid. 



Los efectos a nivel medioambiental de las disposiciones y obligaciones impuestas por los diferentes gobiernos son, a mi parecer, mucho más devastadores pues tendrán un impacto a muy largo plazo, el cual ni siquiera se sabe si podrá ser subsanado en algún momento. Los tapabocas (mascarillas) son la nueva forma de contaminación mundial. 

No es de extrañar, ya encontraron al primer animal muerto por ingerir un tapabocas (mascarilla). Se trata de un pingüino, el cual me atrevería a decir confundió con comida el artefacto destinado a “proteger” a algún humano desalmado que lo tiraría sin más contemplaciones en el suelo de una ciudad o en plena naturaleza. Y es lo que digo: encontraron a la pobre criatura pero lejos estamos de saber cuántos más animales habrán tenido la misma suerte. 

Durante la cuarentena y a efectos económicos, se dio autorización a los restaurantes para que siguieran sirviendo comida, siempre y cuando el cliente se la comiera en casa. Así pues el número de envases hechos de porexpán/poliestireno, producidos utilizando recursos naturales no renovables como derivados del petróleo y que pocos se preocupan en reciclar, se ha incrementado exponencialmente. 

No sé si eso también ocurrirá en otros países pero acá, con la excusa del Covid, los restaurantes ahora proveen cubiertos de plástico de un solo uso a los cliente, evidentemente cada uno de esos cubiertos vienen debidamente embalado en su bolsa de plástico correspondiente. Sin embargo, los vasos pueden seguir siendo de cristal y los platos de cerámica. Así que creo que es legítimo preguntar si el entregar cubiertos de plástico está realmente pensado para la seguridad del cliente (sabiendo que el acero inoxidable se desinfecta sin problema) o si eso le interesa a alguna(s) poderosa(s) empresa(s) del sector correspondiente. 

Como siempre el ser humano egoístamente teme y ve por su bienestar inmediato sin preocuparse de lo que dejará a las generaciones venideras, sin ni siquiera que eso le importe, condenando a largo plazo (y tal vez no tan largo) el planeta.

 

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