martes, 15 de febrero de 2022

Recorriendo Colombia: Zipaquirá y la Catedral de Sal

Zipaquirá es una ciudad situada en plena Sabana de Bogotá, conocida por tener la primera maravilla del mundo: la Catedral de Sal, y ahora también por el ciclista ganador del Tour de Francia Egan Bernal homenajeado con numerosos murales en la ciudad. 

En diciembre del año pasado, aproveché unos días de vacaciones que tenía para visitar la famosa catedral que muchos me habían recomendado e ir a recorrer esa ciudad.



La Catedral de Sal

Se trata del principal atractivo de la ciudad de Zipaquirá. La construcción de la actual catedral de sal se inició en 1991 y el diseño arquitectónico y artístico fue encargado a Roswell Garavito Pearl. Anteriormente, existía una capilla subterránea, ideada por Luis Ángel Arango en 1932 al comprobar la devoción que los obreros manifestaban antes de iniciar su labor.



Oficialmente reconocida como la “Primera Maravilla de Colombia” en 2007, la nueva Catedral de Sal se encuentra a 180 metros bajo tierra y consta de 14 socavones (o estaciones) que representan el Vía Crucis. Cada estación, tallada en roca de sal por los mineros e identificada con números romanos, tiene una cruz con diferentes características que representan las etapas vividas por Jesús hasta su muerte. La Cúpula se encuentra al final del túnel de 386 metros y ofrece una vista hacia la cruz tallada más grande del mundo, que se encuentra en la gran cámara central de la catedral.
El espacio Nártex es una pequeño laberinto compuesto de bloques de sal de diferentes tamaños por el cual, según la historia bíblica, los no bautizados deberían pasar como acto de penitencia, para poder llegar a las naves.









Todas las naves comunican entre ellas por una grieta que simboliza el nacimiento y la muerte de Cristo. La famosa cruz de 16 metros de alto se encuentra en la nave central, así como el Altar Mayor y cuatro columnas cilíndricas que representan a los cuatro evangelistas. Un homenaje en mármol a “La Creación del Hombre”, de Miguel Ángel, también se encuentra en el suelo de la nave central.



Opinión personal:

Tan solo hace falta recorrer unos pasos dentro del túnel para que el olor a azufre nos envuelva… nos adentramos en los confines de la tierra… 

Aunque todas las estaciones tienen lo suyo, lo que me gustó mucho fueron los juegos de luces, sobre todo en la gran cruz, así como el mapping proyectado en ella que se reproduce cada sesenta minutos. Uno puede acercarse a esta enorme talla y comprobar que en realidad no sobresale de la pared (como tenemos la impresión cuando la vemos desde la cúpula), sino que está incrustada en ella. 


Lo que también me llamó la atención fueron los cordeles que penden de las paredes como recordatorio a la antigua forma de comprobar los movimientos geológicos de las minas. Elegí la entrada básica, que también incluye el interesante cortometraje “Nucuma”, que explica la explotación de la sal en tiempos precolombinos; el espejo de agua que logra engañar el sentido de la vista de muchos; y la exposición “Rostros Ancestrales


A saber: no hay lugar donde encender velas, ni siquiera de las eléctricas. El “Parque de la Sal” se refiere a la Catedral de Sal además de los museos y de las actividades que allí se pueden llevar a cabo (más información al final de esta entrada, en “Recomendaciones”).


La Catedral de Sal es efectivamente un lugar que uno debe visitar al menos una vez la vida. Sin embargo, Zipaquirá es mucho más que tan solo esa catedral. La ciudad y su casco antiguo también son dignos de ser visitados.




La Ciudad de Zipaquirá

Conocida como la “Capital Salinera de Colombia”, Zipaquirá es uno de los centros de explotación de sal más importantes del país y lugar donde se hallaron los restos humanos más antiguos de Colombia en el Valle de El Abra. La ciudad se ubica a unos 2600 msnm en un altiplano. Debido a su ubicación y a su importancia a nivel económico, llegó a ser capital de la Provincia de Cundinamarca, de la Provincia de Zipaquirá, del estado Soberano de Cundinamarca, del Departamento de Quesada y del Departamento de Zipaquirá sucesivamente.

Aunque existen tres teorías sobre el origen del nombre de la ciudad, el que cobra más fuerza entre la población local se remonta a una historia sobre la unión entre el Zipa (el gobernante supremo de los Muiscas) y una mujer llamada Quira.

La época Muisca y la importancia de la sal: un poblado de unas 1200 personas se ubicaba entonces en lo que se conoce ahora como “Pueblo Viejo” donde explotaban las minas de sal de la ciudad. Además de ser utilizada para conservar los alimentos, la sal era la principal moneda de intercambio de la época. Los habitantes de Nemocón, Gachancipá, Tocancipá, Cajicá y Chía, así como otros pueblos de toda la región andina de Colombia, se desplazaban hasta allí para abastecerse del preciado mineral.


Además de visitar la famosa Catedral de Sal, merece la pena recorrer también la ciudad por su gran valor arquitectónico e histórico.

La estación de tren, de estilo neoclásico francés y construida entre 1926 y 1927, también es conocida como estación Tres Esquinas. Declarada patrimonio arquitectónico nacional, marcó un antes y un después en el progreso de la ciudad. Sus alrededores no son menos importantes, pues se hace un homenaje cultural importante a los primeros pueblos que habitaron la región. Personalmente, me encantó haber llegado por esta parte de la ciudad (aún sin haber cogido el tren) y pasé un buen tiempo en esta zona.


Declarada Monumento Nacional de Colombia junto con los edificios que la rodean, la Plaza de los Comuneros es tal vez la más importante de la ciudad, pues allí se encuentran edificios de estilo colonial, así como la Catedral de la Santísima Trinidad. Ésta fue construida entre 1805 y 1926 y fue diseñada por el fraile capuchino Fray Domingo de Petrés, el mismo arquitecto que diseñó la Catedral Primada de Bogotá entre otros muchos edificios. Con una fachada de piedra arenisca, la Catedral de Zipaquirá rinde culto a la Santísima Trinidad, San Antonio de Padua y Nuestra Señora de la Asunción. Tiene una forma basilical y las columnas del interior combinan diferentes tipos de piedra, convirtiéndola en uno de los templos religiosos más singulares, rústicos y bonitos que haya visto.



Más comercial y rodeada de bares y restaurantes, la Plaza de la Independencia fue inaugurada en el marco del bicentenario de la independencia. Además de la estatua de Antonio Nariño, las banderas y placas recuerdan a los diferentes países que hicieron parte del proceso de independencia.


Si tienen tiempo, les aconsejo recorrer las calles que suben la montaña y de donde se tienen impresionantes vistas de la ciudad y de la Sabana de Bogotá.




Recomendaciones

Cómo llegar: la ciudad de Zipaquirá se encuentra a 29 km de Bogotá por carretera. Por razones económicas, elegí coger el bus directo desde la estación de Transmilenio “Portal Norte”. Se llega en unos 45 minutos aproximadamente y cuesta menos de 7.000 pesos (solo ida).

También se puede ir por vía férrea con el Tren de la Sabana aunque es más largo (48 kilómetros), se tarda más y es mucho más caro.

En la Catedral de Sal: El “Parque de la Sal” es el conjunto de todas las actividades y museos que allí se encuentran, como el City Tour, la Plaza del Minero, el Museo de Salmuera, la Ruta del Minero,…). Existen diferentes tipos de entradas a la Catedral de Sal que incluyen estas opciones y actividades: tarifas. Si eligen la entrada “standard” o la “premium”, tengan cuidado con el tiempo que pasan en cada uno de los lugares para que no se pierdan nada.

Si van solos, pueden elegir tener un audioguía. Si desean que un guía les acompañe, dependiendo de la afluencia, tendrán que esperar a que uno de ellos se libere y que se forme un grupo.

Compras: si desean comprar recuerdos, es recomendable que lo hagan en la zona comercial de la catedral de sal. Los precios son razonables y en la ciudad de Zipaquirá resulta mucho más difícil y costoso encontrar estos objetos.





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