Regreso a Colombia

Después de unos seis meses en Europa y de muchas peripecias, regresé a Colombia donde el plan es quedarme mínimo un año. Ciudad nueva, trabajo nueva, costumbres nuevas… bueno pero la verdad es que en los últimos años mi estabilidad se ha visto afectada, así que ya me acostumbraré. Desde luego la rutina no es para mí y, aunque algunas cosas den mucho vértigo a veces, algo (¿mi orgullo tal vez?) me hace seguir tirar hacia delante.

Sin embargo, aunque tenga muchos proyectos el año pasado me enseñó a no creer que todos van a salir, así que por el momento, prefiero trabajar para llevarlos a cabo sin gritarlos a los 4 vientos. Entre ellos está evidentemente seguir ejerciendo de profesora de idiomas y seguir con el blog tal y como lo he venido haciendo, hablándoles de libros, de lugares (donde estoy o he estado) y compartiendo en ocasiones relatos y reflexiones. De hecho tal vez hayan notado que intento dar a estos posts un enfoque un poco más personal que antes.

Si el 2018 me ha enseñado mucho, me gustaría que este año siguiera haciéndolo pero de una forma más amable… lo que no está ganado pues no llevaba ni una semana todavía y un atentado ocurría en la escuela de policía que se encuentra a 2 estaciones del Transmilenio de donde vivo y pues, aunque no me haya afectado directamente, impresiona. No lo sabía cuándo ocurrió, me enteré al día siguiente cuando quedé con una amiga para ir a conocer otro barrio y me enseñó el lugar.

De momento estoy instalando poco a poco en lo que estoy intentando convertir en mi nuevo hogar. Cuando empiece el trabajo, ya les iré contando más.

No acabaré este post sin agradecer de nuevo a estos amigos que tengo, además de algunos miembros de mi familia, los cuales, estén donde estén, siempre están pendientes de mí. No les voy a nombrar pero saben ellos quienes son y me siento muy afortunada de tenerlos.

¡Hasta pronto!