Cuestión de Actitud

Una vez más, apenas estoy acostumbrada a mi "nueva" vida en Bogotá y a mi trabajo, una vez empiezo a discernir entre verdaderos amigos y personas de las cuales es mejor mantenerse alejado, las cosas cambian.

Sigo en mi trabajo, que me encanta (que me llamen "profe" o "teacher" me dibuja una gran sonrisa en la cara), pero cosas muy extrañas y momentos tristes están pasando. 

A lo largo de la vida, uno se cruza con muchas personas. Unas se van, otras se quedan, en ocasiones a pesar de la distancia física. Todas sin excepción nos aportan algo y aunque puedan no parecer nada positivo en un inicio, suelen ser las que nos enseñan una valiosa lección. Personalmente suelo volver a caer en la misma trampa, confiando demasiado rápido, pero al final las máscaras caen y todo sale a la luz, por más sonrisas falsas que unos pongan intentando esconder su hipocresía. Ciertas cosas duelen, dañan y hieren. Las cicatrices quedan en el corazón y el alma. Permiten recordar, intentar no repetir los mismos errores.

Pero no voy a perder más tiempo escribiendo sobre gente que no lo merece. Luego están esas personas las cuales, sin ni siquiera llegar a imaginárselo, tienen ese increíble poder de alegrarte el día, de hacer que te sientas más tranquila, más relajada, que te dan ánimos con una sola mirada, un gesto, una palabra o con su simple presencia. Y poco a poco, aun pareciendo que habría sido lo más improbable al principio, empiezas a sentirte más cercano/a de ciertas personas, a confiar en ellas y demuestran que efectivamente son dignas de tu confianza.

Siempre digo que todo es por algo (los que leyeron Las Sendas de la Felicidad bien lo saben), y sigo pensándolo, aunque ciertas cosas parezcan no tener sentido cuando ocurren. Solo espero poder ver la razón de algunas cosas que sucedieron últimamente.

Nadie sabe ni sabrá lo empapado que se quedó mi corazón de sus propias lágrimas.

Pero seguiré sonriendo a pesar de todo, a pesar de las adversidades, de las críticas, del estrés y de todo lo malo porque hasta ahora, la vida me ha demostrado que me siento mejor así. Y seguiré confiando en las personas. Nadie se merece sufrir las consecuencias negativas de lo que sufrí o sufro, seguiré creyendo en las personas (hasta que me demuestren lo contrario), seguiré creyendo que son buenas, seguiré siendo yo, tal y como soy.

Cada día se aprende algo. De un amigo acá aprendí que siempre hay que sonreír, hacer las cosas con alegría, lo mejor que uno sepa y pueda y, a pesar de las circunstancias, hacerlo todo con buena actitud, porque eso es lo que dejará huella; y esa es la forma de ser que intento mantener siempre, pase lo que pase y ante lo que venga.