En los más de 2 años que llevo, Colombia me ha permitido hacer muchas cosas diferentes ya. Una de las últimas ha sido poder leer un libro imposible (o casi) de conseguir en Europa por el veto impuesto. Siempre quise leerlo, no porque comparta las ideas, sino porque sencillamente creo que puede ser interesante saber lo que pasaba por la cabeza del autor, de dónde provenía tanto odio y tanto ímpetu a la hora de querer impulsar una nueva "raza". Aún leyendo la obra, no hay entendimiento posible y cuesta imaginar de dónde vienen tanto rencor y tanta rabia.
Ciertos pasajes resultan incluso muy sorprendentes y dejan sin habla a cualquiera que aprecie la humanidad en toda su integridad. Lo peor llega cuando, hoy en día, oímos discursos parecidos, si no iguales, por parte no solo de personas de a pie, sino también de políticos. De hecho, algunas partes analizan la política y la economía mundial (ésta última entonces controlada por los judíos según el autor) del bloque oeste, y casualmente, parece que en algunos aspectos, sobre todo políticos, la historia se repita.
Algunos de los pasajes que más me marcaron, algunos dejándome realmente sin habla, por razones obvias pero también en ocasiones por similitudes en nuestra actualidad:
"[...] pues primero fue el vencido quien debió tirar del arado y sólo después de él vino el caballo. Únicamente los locos pacifistas pueden ser capaces de considerar esto como un signo de iniquidad humana [...]"
"[...] las huecas cabezas de nuestros políticos [...]"
"[...] esto parecerá monstruoso en una época en que el amanuense más estúpido, por el solo hecho de que trabaja con la pluma, está por encima del más hábil mecánico técnico [...]. La comunidad tiene que reconocer, idealmente hablando, la igualdad de todos desde el momento en que cada uno, dentro de su radio de acción, sea cual fuere, se esfuerza por cumplir lo mejor que puede."
"[...] ¡No se libertan los pueblos por la inacción, sino mediante sacrificios!"
"[...] inexorable judío cosmopolita [...]"
Hablando de Francia: "[...] la bastardiación negroide de su raza [...]", "[...] contaminación de sangre negra que infesta la raza blanca con una humanidad inferior [...]".
"[...] ningún pueblo sobre la tierra posee ni un solo metro cuadrado de terreno en virtud de una voluntad o de un derecho superior. Las fornteras de los Estados las crean los hombres y son ellos mismos los que las modifican [...]".
Viendo esta última cita, está claro que el autor se contradice pues por una parte, cuando habla del territorio francés, comenta que no existe derecho superior y sin embargo proclama la supremacia de una raza sobre otras.
Aún con las justificaciones que da sobre las razones de su odio (eso sí, es honesto y dice claramaente en varias ocasiones que es racista) hacia los judíos y otros pueblos, tan solo por el color de su piel, resulta inconcebible para mí que se pueda llegar a aborrecer a este punto a tanta gente sin ni siquiera conocerla; y más absurdo aún, que tantas personas hayan compartido este punto de vista.
"[...] pues primero fue el vencido quien debió tirar del arado y sólo después de él vino el caballo. Únicamente los locos pacifistas pueden ser capaces de considerar esto como un signo de iniquidad humana [...]"
"[...] las huecas cabezas de nuestros políticos [...]"
"[...] esto parecerá monstruoso en una época en que el amanuense más estúpido, por el solo hecho de que trabaja con la pluma, está por encima del más hábil mecánico técnico [...]. La comunidad tiene que reconocer, idealmente hablando, la igualdad de todos desde el momento en que cada uno, dentro de su radio de acción, sea cual fuere, se esfuerza por cumplir lo mejor que puede."
"[...] ¡No se libertan los pueblos por la inacción, sino mediante sacrificios!"
"[...] inexorable judío cosmopolita [...]"
Hablando de Francia: "[...] la bastardiación negroide de su raza [...]", "[...] contaminación de sangre negra que infesta la raza blanca con una humanidad inferior [...]".
"[...] ningún pueblo sobre la tierra posee ni un solo metro cuadrado de terreno en virtud de una voluntad o de un derecho superior. Las fornteras de los Estados las crean los hombres y son ellos mismos los que las modifican [...]".
Viendo esta última cita, está claro que el autor se contradice pues por una parte, cuando habla del territorio francés, comenta que no existe derecho superior y sin embargo proclama la supremacia de una raza sobre otras.
Aún con las justificaciones que da sobre las razones de su odio (eso sí, es honesto y dice claramaente en varias ocasiones que es racista) hacia los judíos y otros pueblos, tan solo por el color de su piel, resulta inconcebible para mí que se pueda llegar a aborrecer a este punto a tanta gente sin ni siquiera conocerla; y más absurdo aún, que tantas personas hayan compartido este punto de vista.
En conclusión, desde luego que no va a ser mi libro favorito -me costó incluso mucho tiempo poder acabar con su lectura y muchas veces me entraron ganas de dejarlo- pero sigo pensando que algunas lecturas son obligatorias cuando uno quiere conocer, investigar y/o analizar la historia; eso sí, una vez uno con su personalidad ya hecha y dueño de todas sus capacidades de entendimiento.
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